jueves, 5 de noviembre de 2009

Video de formación sobre trata, para policías

La Oficina de Naciones Unidas sobre drogas y delito (UNDOC) permite que te descargues gratuitamente un video de entrenamiento sobre como enfrentrar la trata de seres humanos.
"Affected for Life" pretende alertar sobre la trata de personas. Está dirigido a fiscales, juece, policías y especialistas en este tema, e ilustra sobre los elementos y variants de la trata. Aunque de momento sólo está disponible en inglés, la Oficina sostiene que pronto tendrá versiones en otros idiomas.



Te recomendamos que te descargues la versión larga; como introducción puedes ver un resumen en:
http://www.unodc.org/unodc/en/multimedia.html?vf=/documents/video/2009/Affected_for_Life_-_Short.flv

sábado, 31 de octubre de 2009

Identificación de grafitis

A juzgar por las noticias, surgidas en los últimos meses, en relación con la identificación de la autoría de grafitis o pintadas, y dado el interés de algunos ayuntamientos por encontrar una solución eficaz para este problema, quiero aclarar algunos aspectos de relevancia desde el punto de vista técnico-grafodocumentoscópico:

Cualquier soporte informático que sirva como base de datos para muestras gráficas, es interesante a efectos forenses porque, tal y como sucede con la mayoría de las soluciones biométricas, permite una discriminación de sospechosos con el consiguiente ahorro de tiempo y de recursos. El problema surge cuando en prensa se simplifica la noticia hasta el punto de que parezca que existe un software capaz de alcanzar una identificación y verificación de autoría de manera categórica, por sí solo. Y hay que decir que, a día de hoy, esta aseveración es completamente errónea. El reconocimiento biométrico-informático de escritura manuscrita avanza lentamente pues estamos hablando de tecnología de identificación de naturaleza dinámica –la escritura es un proceso cerebral, individual para cada persona, pero formalmente mutable, frente al reconocimiento dactiloscópico, por ejemplo, denominado estático debido a la inmutabilidad de las huellas dactilares. Estamos lejos de conseguir conclusiones categóricas basadas únicamente en aplicaciones informáticas.

El perito calígrafo humano, a día de hoy, es irreemplazable. No hay soluciones informáticas que garanticen un resultado válido a nivel procesal a efectos de identificación de la autoría de cualquier texto manuscrito o firma. En Pericia Caligráfica la tecnología informática ayuda, pero no sustituye.

El asunto resulta aún más delicado, si tenemos en cuenta que las pintadas o grafitis realizados con espray o con punzones, son especialmente difíciles a efectos de identificación de autoría porque, debido a las características del útil escritural, desaparecen muchos rasgos individualizadores y se produce una tendencia a la homogeneización de la escritura. Se pueden alcanzar conclusiones válidas respecto a estos escritos siempre que contemos con una muestra de cotejo -de comparación- suficientemente amplia y adecuada para el caso, y empleemos la metodología de forma completa. No debemos frivolizar en un asunto en el que en ocasiones, incluso en los tribunales, encontramos informes erróneos por no aplicar las debidas garantías técnicas.

Los peritos calígrafos y grafólogos debemos evitar las exhibiciones mediáticas y los titulares contundentes pero carentes de cientificidad. Hay que volver a la seriedad técnico-metodológica que ha permitido que estas especialidades se desarrollen, desde hace más de un siglo, en los juzgados y tribunales, con informes de validez procesal plena.

Los ayuntamientos siempre han tenido a su disposición a los peritos calígrafos, tanto privados como de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, únicos profesionales técnicamente cualificados para la detección de la autoría de las pintadas y grafitis. Es muy bueno para nuestra profesión que se dé a conocer esta posibilidad y que se facilite la tarea de la administración mediante bases de datos u otros sistemas informáticos, pero no debemos olvidar que no existen fórmulas mágicas y que, finalmente, la única garantía para la identificación de los autores de cualquier manuscrito, es la aplicación de una metodología grafodocumentoscópica completa, más aún en asuntos tan complejos como las pintadas y grafitis.

martes, 22 de septiembre de 2009

Stieg Larsson


El V Premio del Observatorio de la Violencia de Género concedido a título póstumo a Stieg Larsson, autor de la celebradísima trilogía de novela negra titulada Millenium, representa que la lucha contra la violencia machista se puede iniciar desde muchos ámbitos, y su efectividad está más relacionada con el éxito y el talento, que con las buenas intenciones. En realidad, este es un premio concedido a un gran novelista, capaz de crear unos personajes tremendamente atractivos -con perfiles psicológicos desarrollados con detalle-, unas tramas inteligentes y un talento excepcional para la narrativa y para mantener la atención del lector a lo largo de más de 2.000 páginas.


Su temprana muerte, con 50 años, sin haber disfrutado del éxito de sus novelas, así como la dramática situación vital en la que ha quedado la mujer con quien compartió 32 años de su vida, (ver entrevista en El País), ha incrementado exponencialmente su repercusión mediática. Así que, no nos engañemos, las novelas son exitosas por el talento de Larsson y por las circunstancias vitales expuestas, no por su denuncia de la violencia de género o del traffiking, cuya aparición en las mismas es, siguiendo la terminología de Hitchcock, un simple “MacGuffin”, es decir, una trama, aparentemente central, que sirve como mera excusa argumental para el desarrollo de los personajes.


Desde este blog, animo a todos a que os adentréis en el universo de las novelas de Larsson, pero no busquéis información novedosa desde el punto de vista criminológico o victimológico; disfrutad de tres novelas muy bien escritas, correctamente documentadas (no en vano, Larsson era periodista), muy entretenidas, y con un fascinante personaje llamado Lisbeth Salander, que el propio Larsson veía como una evolución brutal de Pippi Calzaslargas: una hacker con memoria fotográfica, una especie de super-heroína al estilo Marvel, vengadora solitaria y víctima de los más oscuros poderes de la sociedad; una fábula que sirve al autor para denunciar la necesidad de desarrollar eficaces mecanismos de control constitucional de los poderes del Estado y para abogar por la independencia de los medios de comunicación.


Larsson parte de posiciones marcadamente progresistas, pero peca de ciertas incoherencias al permitir -y tácitamente, justificar- que la protagonista de su trilogía emplee la venganza como mecanismo de defensa. En dicha incoherencia, discutible desde el punto de vista ideológico, se encuentra parte de la grandeza narrativa de estas novelas, y de la profundidad de los personajes, pues se alejan de lo políticamente correcto y del incómodo maniqueísmo de la ficción ideologizada. A partir de esta reflexión planteo una pregunta bienintencionada: ¿encaja con el espíritu progresista que defiende el Observatorio de la Violencia de Género?.

domingo, 20 de septiembre de 2009

SE BUSCA MONSTRUO


Este pájaro se acaba de escapar de su condena en prisión en Holanda, aprovechando un permiso carcelario. Estamos ante un auténtico peligro andante, que deja pequeña a cualquier película de terror de psicópatas asesinos. Saban Baran fue encarcelado por trata de mujeres con fines de explotación sexual, y tenía a gala marcar a sus víctimas, cual ganado, con sus iniciales tatuadas en el cuello; además, les obligaba a abortar clandestinamente y a operarse de los pechos.

Una vez más, y pese a los antecedentes de fuga que lucía esta bestia, un criminal escapa de la Justicia aprovechando los fallos del sistema. Ahora le busca Interpol temiéndose que escape a Turquía, por la falta de acuerdo de extradición con Holanda. Lo realmente temible es que las víctimas que se libraron de este animal ahora están expuestas a represalias. De hecho, hace unos días una de ellas se lo cruzó en la calle, llevándose el susto de su vida.

¿Y en España, estamos preparados para hacer frente a una fuga así, y dar cobertura a las víctimas una vez finalizado el proceso? ¿Pueden jueces y policías reaccionar ante una emergencia así?. Lo dudo mucho, ya que seguimos siendo uno de los Estados sin Sistema Nacional de Derivación, y ni siquiera contamos con un Centro Nacional de Coordinación contra la Trata de Mujeres (como Holanda, por cierto). Una vez terminado el juicio y dictada la sentencia, ¿quién vela por las víctimas, hayan colaborado o no en el proceso?. ¿Hasta dónde alcanza la protección de testigos (y la de los no testigos)?
El vigente (y silente) Plan Integral contra de trata en España debería dar una respuesta a estas inquietantes interrogantes.

martes, 8 de septiembre de 2009

La salud de la víctima y su trascendencia procesal



  • Estos días es noticia que los responsables de un burdel de Castelldefels obligaban a sus prostitutas a consumir vitaminas, medicinas y hormonas "para que trabajasen más y mejor”, siendo las madames (mamis) las encargadas de asegurar la administración de estas sustancias por las mujeres que controlaban.

    En pocas ocasiones encontramos estudios científicos que se centren en analizar en profundidad las consecuencias psico-físicas que para las víctimas de trata de seres humanos tiene el haber pasado por la experiencia de ser tratadas como ganado sexual.

    El primero (y probablemente único hasta la fecha) de estos estudios lo publicó en 2008 Cathy Zimmerman y su equipo, arrojando los siguientes datos sobre el análisis de 192 casos de víctimas liberadas- mujeres y chicas con edades entre 15 y 45 años (el 42% entre 21 y 45):

  • Casi todas habían sufrido violencia física (75%)o sexual (90%) durante la trata.

  • Entre los síntomas más frecuentes están: dolores de cabeza (82%), cansancio crónico (81%), habla torpe (70%), dolor de espalda (69%), problemas de memoria (62%), dolor de estómago (61%), dolor pélvico (59%) e infecciones ginecológicas (58%).

  • La trascendencia que este cuadro médico tiene para las investigaciones policiales y el procesamiento es escasamente ponderada: desde un (frío) punto de vista práctico y operativo es vital garantizar la rápida y sostenible asistencia psicológica y médica a la víctima tras su liberación, ya que el estrés y el dolor que arrastran afecta a su capacidad para colaborar en las investigaciones, para tomar decisiones rápidas sobre su propia seguridad y bienestar o para pedir asilo.

    Teniendo en cuenta lo anterior, encontramos un nuevo argumento para respaldar la introducción del mecanismo legal del periodo de reflexión (autorización de residencia temporal) para dar tiempo a la víctima de trata para recuperarse física y mentalmente y sentirse segura antes de comprometerse en colaborar en el procesamiento de sus ex tratantes.

martes, 28 de julio de 2009

Responsabilidad penal del menor: ¿Mano dura?

Buscar justificaciones e incriminaciones para cualquier tragedia es una respuesta habitual, muy humana, de carácter autoprotector. En el caso de los delitos graves, esta tendencia se ve reforzada por la inseguridad social que generan estos comportamientos. Es muy común atribuir responsabilidades a la propia víctima, ya sea por imprudencia (“¿qué hacía por allí a esas horas?, “tendría que haberse dado cuenta”) o por culpa (“iba provocando”, “se lo había buscado”, “fue un ajuste de cuentas”). En el caso de los menores, es tal el nivel de indefensión e indignación que genera cualquier crimen cometido contra ellos, que las respuestas sociales estallan buscando una vía de escape. Dado que resulta antinatural responsabilizar a la víctima, la tendencia nos lleva a criminalizar a los padres (“¿qué hacía la niña en la calle a esas horas?”), o lo que es más habitual, responsabilizar a la autoridad, es decir, al Estado y su supuesta incapacidad para protegernos (“algo había que hacer para evitarlo”, "las leyes no son suficientemente duras, hay que reformarlas”, “más policía y mano dura”). Respuestas humanas, lógicas, pero de consecuencias gravísimas cuando son utilizadas por los políticos para darse un baño de populismo demagógico.

Los dramáticos sucesos acaecidos en las últimas fechas, en los que víctimas y agresores son menores de edad, han reabierto un debate público respecto a la posible reforma de la legislación sobre menores y el endurecimiento de las sanciones; no hay soluciones sencillas, porque es comprensible la indignación de los padres y la necesidad de respuestas. Existe un axioma criminológico difícilmente asumible por la sociedad: es imposible erradicar el crimen en su totalidad. En el pasado, todas las normativas penales puramente represivas, basadas en criterios de autoritarismo penal y policial, no sólo no acababan con el delito sino que llevaron a crear un tipo de criminalidad mucho más lesiva y que generaba un grado de indefensión insoportable: la criminalidad de Estado. Dentro de los parámetros normales que requiere una sociedad democrática, el exceso de represión no viene acompañado por una disminución en las tasas de delincuencia, no mejora la prevención general, y ni siquiera sirve para saciar los deseos de justicia particulares.

La Ley Reguladora de la Responsabilidad Penal del Menor

La LO 5/2000 Reguladora de la Responsabilidad Penal del Menor (LORRPM), según señala su propia exposición de motivos, tiene naturaleza formalmente penal pero materialmente sancionadora-educativa del procedimiento y de las medidas aplicables a los infractores menores de edad. Esta ley podemos encuadrarla, siguiendo la terminología de Luis Roca Agapito, a medio camino entre el modelo tutelar propio del positivismo criminológico –intervencionista, con intención correccional, donde el menor, en pro de su “reeducación” era privado de los derechos más esenciales, separado de los adultos e internado en reformatorios- y el modelo educativo o de bienestar -escasamente intervencionista, de naturaleza no represora. El modelo de responsabilidad o de justicia, imperante en Europa en los últimos tiempos, es el que más se aproxima a la legislación española y concretamente a la LORRPM del año 2000; estaríamos hablando de un sistema sancionador y educativo, con división por tramos de edades, con prioridad a las medidas de seguridad educativas pero sin descartar la posibilidad de medidas de internamiento. En resumen, la legislación penal española respecto a los menores no debemos, de ninguna manera, encuadrarla en la categoría de "blanda". Un menor de 18 años en España puede sufrir penas de internamiento cerrado de hasta 10 años.

Menores de 14 años

El debate se ha centrado en la falta de responsabilidad que recae en los menores de 14 años que cometan un hecho delictivo. Es una barbaridad considerar a un chico de 13 años plenamente responsable de un delito; si la sociedad no le concede la capacidad para conducir un vehículo de motor, casarse, trabajar, vivir solo... no podemos responsabilizarle penalmente de igual manera que a un adulto. El tratamiento no debe ser de naturaleza penal y siempre tendría que orientarse al ámbito meramente educativo y/o terapéutico. La sociedad debe quedar protegida, pero para ello deben intervenir los órganos jurisdiccionales que defiendan el interés superior de protección al menor, los organismos públicos responsables en materia educativa, los servicios sociales y asistenciales y, por supuesto, la familia, cuya responsabilidad civil está recogida en la propia ley.

El artículo 3 de la LORRPM remite al ordenamiento civil el tratamiento de menores de 14 años que hayan cometido un hecho delictivo –abriendo, de este modo, la posibilidad de aplicar medidas educativas y terapéuticas necesarias para cada caso-; no obstante, creo que la ley peca de exceso de vaguedad y debería especificar a través de la misma o del reglamento regulador, un protocolo claro a seguir ante todo en casos especialmente graves y con alto grado de peligrosidad social.

El concepto de responsabilidad penal debe estar asociado a la madurez y cualquier acto cometido por un niño menor de 14 años debe ser tratado desde el ámbito educativo y terapéutico, con tratamientos psicopedagógicos y asistenciales individualizados y bajo la supervisión de la fiscalía y de los juzgados de menores que velen por los derechos fundamentales del menor, desde una perspectiva garantista y no sancionadora. La normativa actual recoge estas posibilidades, habilitando incluso el tratamiento fuera del entorno familiar en centros especializados a menores de catorce años, pero partiendo del principio de protección de los derechos tanto de la víctima como del menor infractor.

Rebajar la edad de responsabilidad penal

¿Dónde está el límite?... ¿13 años, 12 años, la pubertad física, el cociente intelectual?. ¿Creamos reformatorios de primaria para proteger a la sociedad?. Si empezamos a rebajar, podemos llegar a situaciones dantescas como las que se viven en muchos países donde se juzga a niños como si de adultos se tratara.

El terrible drama sufrido por determinadas personas no debe servir de excusa para crear normas penales que contravienen avances sociales mucho más importantes que la supuesta protección que dicen amparar, y que no está justificada ni estadística ni criminológicamente. La normativa hay que mejorarla en el sentido de crear protocolos específicos, claros, válidos para todas las comunidades autónomas, y dotarlos de medios; rebajar la edad de responsabilidad penal no es más que una maniobra fácil, inútil a efectos de prevención general, y peligrosa por convertirse en una vuelta a políticas retrógradas, con un espíritu meramente represivo, que puede ser el comienzo de una espiral normativa limitadora de garantías y libertades esenciales en un Estado social y democrático de Derecho.

lunes, 22 de junio de 2009

El criminólogo y su repercusión mediática

Llevamos años luchando por el reconocimiento social e institucional de la profesión de criminólogo; universidades y asociaciones organizan congresos, seminarios y cursos de Criminología con cierta repercusión pública gracias al tirón mediático de algunos de los temas que se abordan; pero no nos engañemos, prestigio y popularidad no son fácilmente compatibles y menos aún en nuestra profesión; en los últimos años hemos conseguido entrar en las noticias de todos los medios españoles “gracias” a una sentencia judicial y unos titulares de prensa del estilo de “Canal 9, el padre de una de las niñas y un criminólogo pagarán 620.000 euros” (El País 12/06/2009).

Me irrita el tufillo despectivo hacia el oficio de criminólogo que se extrae de muchas de las crónicas relacionadas con este asunto. Me molesta que la imagen de mi profesión se vea afectada por unos hechos concretos, objeto de delito según la sentencia del Juzgado de lo Penal nº 2 de Valencia, que no responden al proceder técnico-metodológico que habitualmente desarrollamos los profesionales de la Criminología. No pretendo establecer un juicio paralelo, ni analizar los hechos juzgados, ni siquiera discutir la supuesta metodología criminológica que llevaron a esta persona a formular unas declaraciones que le han costado una condena, susceptible de recurso, por calumnias e injurias. Mi intención en este post es abrir una vía de reflexión sobre el gravísimo riesgo que corremos los criminólogos de convertirnos en un instrumento de esa gran máquina expendedora de morbo que es la televisión.

Ejercemos una profesión que convive habitualmente con la tragedia, con las emociones y con los sentimientos más atávicos y viscerales del ser humano; es nuestra obligación permanecer en una posición distante, aunque no carente de empatía, porque el drama puede nublar la racionalidad y convertirnos en un asidero al que algunas víctimas se agarran para intentar aliviar un dolor insoportable. Solidaridad con las víctimas, deseo de servicio público, ambición profesional, intereses económicos, el “minuto de gloria”... son múltiples las razones, positivas o negativas, que pueden llevar a un criminólogo a querer convertirse en un personaje mediático, y aunque a todos nos gusta que se produzca un reconocimiento público de nuestros conocimientos, en ocasiones los medios nos exigen un salto al terreno de la emotividad en el que se pierde la objetividad que debe regir nuestro proceder científico.

El vocablo “criminólogo” no es usual en el lenguaje periodístico español, pero cuando se emplea, suele aparecer vinculado a profesionales extranjeros; si se refiere a expertos españoles tiende a figurar como una mera especialización subsidiaria, casi una coletilla (“el psicólogo y criminólogo, el policía y criminólogo, el abogado y criminólogo...”); lamentablemente, en los últimos años, nuestra profesión sólo ha merecido una atención mediática preponderante en relación con las noticias asociadas al crimen de Alcàsser.

Con un contenido de fondo diferente pero con similitudes formales, destaco una noticia que ha saltado a la prensa en los últimos días, respecto a la creación de una Comisión de Estudio sobre el caso de los niños desaparecidos en Canarias: “El criminólogo del "caso Canino" será asesor de la comisión de desapariciones” (El Día, 16 de junio de 2009). El “criminólogo” interesa mediáticamente desde una perspectiva más morbosa que científica; este titular denota cierto grado de sensacionalismo, pero me agrada el adecuado tratamiento de fondo con el que la prensa insular aborda el nombramiento de nuestro compañero Félix Ríos como asesor criminólogo de la Comisión, alejándolo de la polémica política y encuadrándolo en la categoría de experto independiente. El reconocimiento mediático e institucional de los criminólogos y peritos judiciales del archipiélago resulta envidiable, en gran parte gracias a la encomiable labor de entidades como la Asociación de Peritos Judiciales de Canarias, de la que es miembro Félix Ríos y que preside con criterio y seriedad Óscar Díaz.

Pertenecemos a ese sector de profesionales a quienes, como a la mujer del César, no nos basta con ser buenos, sino que debemos también parecerlo. Los criminólogos hemos de ser los primeros en reivindicar la cientificidad de nuestra profesión, y evitar giros morbosos o sensacionalistas en nuestras intervenciones. Pero también debemos estar protegidos por las diferentes asociaciones e institutos criminológicos para que velen por un adecuado uso promocional y curricular del término “criminólogo”, evitando indeseables intrusismos.

Aunque a algunos detractores les cueste aceptarlo, la Criminología es una auténtica ciencia interdisciplinar, y como científicos debemos actuar y ser tratados cuando desarrollamos nuestra labor profesional, tanto en los tribunales, como en los medios de comunicación.

sábado, 6 de junio de 2009

Mapa de la amenaza terrorista en todo el mundo

La consultoría AON acaba de publicar su nueva edición del mapa mundial de la amenaza terrorista. Se trata de una herramienta seria, de obligada presencia en el escritorio del analista.

Podéis descargarosla en http://www.aon.com/risk-services/terrorism-risk-map/images/2009_T_Risk_Map_Small.pdf

miércoles, 27 de mayo de 2009

Coge al terrorista por los pelos...


Una nueva técnica de análisis de revolucionarias aplicaciones forenses ha sido presentada el mes pasado por un grupo de investigadores españoles. Esta técnica permite, con la aplicación del láser (laser ablation) sobre una muestra de pelo, descubrir en qué lugares ha estado, al analizar con un espectrómetro de masas el aerosol desprendido . En este aerosol se observan los isótopos de azufre de los lugares por los que ha pasado la persona, y que varían según los puntos geográficos.

A un nivel muy sofisticado, nos recuerda al rastreo que se viene haciendo desde hace décadas al polen recogido en la ropa del criminal.

Nuestra enhorabuena a los investigadores autores del trabajo : Rebeca Santamaria-Fernandez , Justo Giner Martínez-Sierra, J. M. Marchante-Gayón, J. Ignacio García-Alonso y Ruth Hearn.

Para acceder al abstract (en inglés, cómo no) del artículo de la revista científica en la que se ha hecho pública la técnica :
http://www.springerlink.com/content/6534v24877t614l0/?p=bcd4d91b81854a21821a1c0abe517dc6&pi=0

martes, 19 de mayo de 2009

Genes contra la trata de niños

Me enorgullece anunciar que una nueva iniciativa científica española pretende combatir el tráfico de menores. La Universidad de Granada, concretamente el Laboratorio de Identificación Genética, está promoviendo la creación de una base de datos mundial (DNA-PROKIDS) en la que registrar el perfil genético de personas que han podido ser víctimas de tráfico y de sus desesperados familiares.

La base, con más de 400 registros, ya ha generado numerosos reencuentros de hijos y padres, y cuenta con la adscripción de muchos países (principalmente de Iberoamérica y Asia).
Aunque no está concebida como una herramienta estrictamente policial, su utilización permitirá rastrear y localizar menores desaparecidos que, en muchos casos, son abandonados tras ser víctimas de redes de explotación.

domingo, 10 de mayo de 2009

Perito Calígrafo: Realidad actual de la formación especializada

La Pericia Caligráfica, también conocida por otras múltiples acepciones como Grafística, Documentoscopia, Grafoscopia... tal y como se especifica en un divulgativo y clarificador artículo publicado en este mismo blog, es una prueba esencial para el desarrollo procesal, porque en innumerables ocasiones la firma, así como cualquier otro manuscrito, es el único elemento probatorio en el que se puede basar un juez para sentenciar en un sentido o en otro (falsedades documentales, amenazas manuscritas, testamentos ológrafos...). Hay que entender que es una ciencia integrada en el amplio concepto de la Criminalística, y es en ese ámbito en el que debería desarrollarse su formación.

Durante todo el siglo pasado, muchos juzgados españoles se han conformado con la intervención de un tipo de profesionales de la Pericia Caligráfica que, bienintencionadamente, desarrollaban su profesión desde una perspectiva más intuitiva que científica, maestros de escuela cuya formación casi autodidacta, con nociones de caligrafía y experiencia en "descifrado de exámenes" les permitía disponer de cierto “ojo grafocrítico” y alguna habilidad carente de cientificidad. Los jueces confiaban en ese tipo de peritaciones en la creencia de que en caso de error o extrema dificultad el asunto llegaría a manos de los Servicios de Documentoscopia o de Grafística de la Policía Científica o de la Guardia Civil. No obstante, existían tratados españoles que defendían una metodología científica especializada que difería considerablemente de la realidad procesal existente; en los cincuenta destaco la figura de Félix del Val Latierro, cuyo manual sobre Grafocrítica sigue siendo una obra cumbre de la materia. Otro paso importante para el desarrollo de esta disciplina fue la inclusión de esta especialidad en el temario de los Institutos Universitarios de Criminología, lo que permitía una aproximación científica, dentro del entorno universitario, de unos estudios que parecían exclusivos para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

También destaco la labor de los muchas veces vilipendiados grafólogos (en ocasiones, con razón) pero que han sabido crear una formación específica complementaria a la vía criminológica, que ha generado un desarrollo de la técnica pericial caligráfica a partir de principios grafotécnicos creados inicialmente para análisis psicografológicos o grafopatológicos. Quiero destacar la figura del tristemente desaparecido Andrés Meyniel, psicólogo, grafólogo y perito calígrafo, a quien tuve el honor de tener como maestro, profesor de Pericia Caligráfica en el Instituto de Criminología de Madrid de la Universidad Complutense, continuador de las enseñanzas de Val Latierro, autor del mejor libro sobre la materia que se ha escrito en España “Tratado de Grafocrítica” y creador de una metodología que ha servido de referente para muchos de los peritos calígrafos que trabajamos en este país y cuyo espíritu cientificista he intentado trasladar a todos mis alumnos.

La Ley de Enjuiciamiento Civil del año 2000 y los estudios especializados que se han desarrollado en España a partir de la labor de los Institutos de Criminología y de las Asociaciones de Peritos Calígrafos, Grafólogos y Criminalistas, han permitido una considerable mejora de la calidad de los Informes Grafotécnicos privados y un aumento de las garantías procesales en función de la considerable reducción de la tasa de error. Desgraciadamente, en España, siempre hemos echado de menos la existencia de una formación universitaria específica en materia Grafotécnica, en forma de diplomatura o incluso de licenciatura universitaria, pero pese a ello, en los últimos años el propio mercado ha conseguido regular esta disciplina generando cursos de especialización (algunos muy superficiales, pero otros de alta calidad técnica) avalados por Asociaciones Profesionales que permiten, no sólo un alto nivel de formación impartida por personas que se baten el cobre en los juzgados y tribunales de España, sino un seguimiento personalizado de los alumnos para que su paso por el mundo procesal no sea tan traumático como en el caso de muchos licenciados universitarios en otras ciencias, que salen de la facultad sin el nivel de formación práctica mínimamente exigible.

Me preocupa mucho la forma de incursión, en los últimos dos o tres años, de determinadas universidades en el mundo de la formación Grafotécnica pues, gracias al terremoto de Bolonia, se están generando auténticos chiringuitos en forma de cursos de postgrado, organizados por cátedras universitarias de materias que no tienen relación alguna con la Criminología, con la Criminalística, o con la Grafología... que no garantizan un mínimo de formación técnica para el desarrollo práctico de la profesión y cuyo profesorado no está avalado por ninguna Asociación Profesional. Debemos exigir que estos cursos sean impartidos por auténticos profesionales de la Pericia Caligráfica, que ofrezcan algo más que un número de créditos, porque corremos el grave riesgo de que la propia universidad genere un retroceso en el nivel técnico de los profesionales de esta materia, creando una auténtica regresión formativa que nos lleve a cuatro décadas atrás.

Las garantías procesales exigen, no sólo un titulito con el logo universitario, sino una adecuada pedagogía específica para la materia, con seguimiento individualizado de cada alumno, con formación metodológica práctica, y con profesorado especializado tanto del mundo privado como de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

lunes, 27 de abril de 2009

Metrobus asesino




Aviso de navegantes policías, sobre todo en la realización de cacheos e identificaciones. Los Mossos D’ Escuadra se están encontrando con este nuevo tipo de arma oculta, consistente en una cuchilla de cutter camuflada bajo el inocente aspecto de un billete de metrobus.

jueves, 23 de abril de 2009

Los cacos quieren comprarte este móvil.




Ahora resulta que si conservas este móvil en el fondo del cajón te lo compran por cuatro kilos.


Al parecer, el NOKIA 1100 es un chisme especialmente apetecido por bandas criminales especializadas de Europa del Este y Marruecos.Están pagando entre 5000 y 25000 euros por esta antigualla descatalogada, porque según dicen el software que llevaba instalado es fácil de manipular para convertirlo en una herramienta de estafa bancaria. La estafa consiste, a grandes rasgos, en una suplantación de identidad respecto a los códigos PIN que algunos bancos envian en códigos TAN por SMS a sus clientes.


Como decía mi buen amigo el Dr. Fanegas: “¡Si todas estas mentes se dedicaran al bien....!"


sábado, 11 de abril de 2009

Cine y drogas: Cine-Adictos

Las drogas, legales o ilegales, han destrozado las vidas de un buen número de estrellas de cine; “fábrica de sueños” (eslogan del Hollywood clásico) que se ha convertido en fábrica de pesadillas para muchos de sus hijos más ilustres. Sería lógico que el Séptimo Arte hubiera tratado con brillantez un problema tan cercano... pero, salvo excepciones de las que hablaremos más adelante, la dura realidad de la adicción ocupa un porcentaje muy pequeño en el universo del celuloide; tal vez consideren que es mejor “no mentar la soga en casa del ahorcado”.

INTENTOS FALLIDOS

Las drogas y el alcohol son magníficos productos cinematográficos, dan fuerza al personaje, desencadenan interesantes tramas y son admitidos sin dificultad por la gran industria siempre que se mantengan a una distancia prudente de la perspectiva del espectador. El problema surge cuando se profundiza en la crudeza de la dependencia, difícilmente digerible para el ciudadano medio, y en menor medida aún para los productores cinematográficos, siempre tratando de edulcorar una realidad demasiado sucia como para ser mostrada de forma veraz en la pantalla.
Hay un porcentaje alto de películas fallidas dentro de este subgénero que hemos denominado cine-adictos:

- Películas bienintencionadas y mediocres: “28 días” (28 days, 2000) con Sandra Bullock tratando de convencernos, sin conseguirlo, de que es una alcohólica en fase de deshabituación; “Cuando un Hombre Ama a una Mujer” (When a Man Loves a Woman, 1994) drama meloso en el que Meg Ryan intenta sacar adelante un auténtico pastel –borracho, por supuesto; “Impulso Sensual” (The Boost, 1990) los yuppies de los 80 y su afición por la cocaína; y “Noches de Neón” (Bright Lights, Big City, 1988) con Michael J. Fox dejando atrás su encasillamiento como buen chico.

- Películas morales: Dentro del género de “exploitation films” o películas de impacto de bajo presupuesto, “Reefer Madness” es el ejemplo más representativo por ser una producción estadounidense al margen del circuito de Hollywood, de 1936, encargada por el Gobierno estadounidense para luchar contra la terrible lacra que suponía la marihuana. Muestra genuina de pésimo cine de propaganda, se convirtió en una película de culto para los porreros de los setenta, que se reían mucho viendo los monstruosos efectos que producía el cigarrito que se estaban fumando.

- Películas pretenciosas y autocomplacientes: Intentos fallidos de crear “gran cine” justificando con la droga ciertas extravagancias argumentales e interpretativas. “El Borracho” (Barfly, 1987), con Mickey Rourke interpretando, sin mucho esfuerzo, al escritor alcohólico Charles Bukowski, o “Miedo y Asco en Las Vegas” (Fear and Loathing in Las Vegas, 1998) del siempre excesivo Terry Gilliam.

VÍAS ALTERNATIVAS

Filmes transgresores y modernos, que tratan la adicción sin componente moral, con planteamientos cinematográficamente novedosos, pero sin profundizar en la realidad del problema.
“El Viaje” (The Trip, 1967) en el que Roger Corman nos cuenta, en plena época de la psicodelia, las sensaciones de un viaje de LSD; “Easy Rider” (1969) icono de la cultura hippie realizada e interpretada por Dennis Hopper; “Trash” (1970) manifiesto underground de la factoría Warhol; “Pulp Fiction” (1994) Tarantino y su personal e irónica visión del mundo de la cocaína.

"Trainspotting” (1996) fue el primer gran éxito del director de “Slumdog Millionaire”, Danny Boyle. “Yo elegí no elegir la vida, yo elegí otra cosa... ¿y las razones?. No hay razones... ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?". Con textos tan brillantes como éste, pronunciado por Ewan McGregor en una fabulosa intro, Trainspotting es una estupenda muestra de buen cine, aunque a un ritmo demasiado acelerado y estimulante como para reflejar el mundo de la heroína. [Enlace a vídeo]

BIOPICS Y DROGAS

Con cierta hipocresía, denodado dramatismo, bastante moralina e irregular calidad cinematográfica, Hollywood nos ha contado la vida de estrellas del show business, fundamentalmente de la música, adictas a los estupefacientes y/o al alcohol (existen muy pocas sobre actores, productores o ejecutivos cinematográficos...).
Susan Hayward recreó en “Mañana Lloraré” (I'll Cry Tomorrow, 1955) la atormentada vida de la cantante alcoholizada Lillian Roth. Entre los ilustres de la música de quienes, gracias al celuloide, conocemos sus trágicas existencias y su necesidad autodestructiva de intentar mantener el genio creativo de forma artificial, destacamos a Charlie Parker (“Bird”, 1988, dirigida por el gran Clint Eastwood), Jim Morrison (“The Doors”, 1991), Ray Charles (“Ray”, 2004, por la que Jaime Fox obtuvo el Oscar por su interpretación) o Billie Holiday (“El Ocaso de una Estrella” Lady Sings the Blues, 1972). La costumbre de este tipo de biopics sobre cantantes enganchados no es exclusiva de Hollywood y tenemos los ejemplos de “La Reina de la Noche”, film mejicano de 1994, sobre la vida de la cantante alcohólica Lucha Reyes, “Sid and Nancy” (1986), producción británica que muestra la frenética existencia de Sid Vicious, miembro del grupo punk Sex Pistols, o “La vida en rosa” (La Môme, 2007) buen biopic francés, con Marion Cotillard reencarnándose admirablemente en Edith Piaf y consiguiendo un Oscar por su recreación de la estrella de la canción francesa, alcohólica y adicta a la morfina.

PELÍCULAS DESTACABLES

Pese a lo dicho anteriormente, encontramos buenos ejemplos dentro de este subgénero dedicado a los adictos, que ha supuesto la consagración de algunos actores y actrices, por los que han obtenido premios (demasiados premios), algunas películas han logrado suculentas recaudaciones, y lo que es más importante, unas pocas de ellas forman parte del exclusivo club de las obras maestras.
Un espacio preferente se lo concedo por su calidad cinematográfica y por su fecha de producción, a un film que acomete una materia cuyo tratamiento dramático resultaba tabú en la industria cinematográfica oficial de la época: “Días sin Huella” (The Lost Weekend), dirigida en 1945 por Billy Wilder, aborda la realidad del alcoholismo con crudeza, con una visión psicológica muy influida por el Psicoanálisis –de moda en el Hollywood de los cuarenta- colocando la cámara en el interior de la mente de un personaje fracasado y gris por culpa del alcohol. Ray Milland fue galardonado con el Oscar por su interpretación desgarradora de este escritor dipsómano -la Academia, siempre tan aficionada a premiar a personajes extremos. El público de los años cuarenta no estaba acostumbrado a observar imágenes de la dureza de un delirium tremens (fase más aguda del síndrome de abstinencia, con presencia de alucinaciones visuales)servidas por un maestro de la comedia como Billy Wilder. [Enlace a vídeo]

Curiosamente, otro comediante, Blake Edwards, revolvió los estómagos y las conciencias de los espectadores, diecisiete años después, con otra joya del cine etílico llamada “Días de Vino y Rosas” (Days of Wine and Roses, 1962) interpretada por Lee Remick y Jack Lemmon –encasillado como actor cómico y demostrando, una vez más, que fue uno de los grandes de la historia del cine, en cualquier clase de género. En el triunvirato de grandes películas sobre el alcoholismo incluyo “Leaving Las Vegas” (1995) de Mike Figgis, quien sirvió en bandeja a Nicolas Cage un personaje demoledor y autodestructivo (con Oscar incluido, cómo no), un bebedor compulsivo que viaja a Las Vegas en busca de la muerte y encuentra en una prostituta (Elisabeth Shue) a la única persona capaz de comprenderle en esa espiral desquiciada y suicida.


“El Hombre del Brazo de Oro” (The Man With the Golden Arm) realizada en 1955 por Otto Preminger, fue una película muy valiente que supuso una afrenta al Código de Censura Hays, vigente en la Industria de Hollywood desde 1934 hasta 1965, suponiendo una renovación del mismo. A partir de ese instante, se permitió la aparición de las drogas en la pantalla siempre que no se realizase apología, no se presentase el tráfico como un negocio rentable y no se mezclasen con el mundo de la infancia. Sinatra fue nominado al Oscar destacando su verosímil recreación del síndrome de abstinencia o “mono” en plena fase de desintoxicación de opiáceos. [Enlace a vídeo] Forma, junto a la alemana “Sin ti todo es tiniebla” (Ohne Dich Wird Es Nacha, 1956) y a la americana “Un sombrero lleno de lluvia” (A Hatful of Rain, 1957) un grupo de filmes que trataron de forma expresa, en la década de los 50, el problema de la adicción a la morfina o a su derivado, la heroína.

Sin llegar al nivel de obras maestras, pero interesantes por su aportación al tema de la adicción destacaría también “Pánico en Needle Park” (The Panic in Needle Park, 1971), “Réquiem por un sueño” (Requiem for a Dream, 2000), “Half Nelson” (2006), o la alemana “Yo, Cristina F.” (Christiane F - Wir Kinder vom Bahnhof Zoo, 1980).

CINE Y DROGAS EN ESPAÑA

En España, el tratamiento de la droga por la industria del cine ha sido un vehículo para el desarrollo de tramas de variada índole: La efectista y morbosa denuncia social capitaneada por el cine de Eloy de la Iglesia (“El Pico”, 1983); el subgénero de rumba, delincuencia y caballo protagonizado, en varios casos, por actores no profesionales cuyo trágico final se auguraba en la propia pantalla: “Perros callejeros” (1977), “Deprisa, deprisa” (1980) o “Yo, el Vaquilla”(1985); la vertiente hedonista underground del primer Almodóvar, donde sobresale “Entre tinieblas” (1983); o la metafísica psicotrópica y claustrofóbica de “Arrebato” (1979) de Iván Zuleta y de “Antártida” (1995) de Manuel Huerga. Enmarcada en un grupo de películas nihilistas, con estilo cuasi-documental , destacaría “27 horas” (1986) de Montxo Armendáriz, la más sincera, modesta y devastadora recreación de la jornada de un adicto, las últimas veintisiete horas de vida de un joven en la búsqueda, desesperanzada e infatigable, del aliviador chute. Cruda y realista visión de la adicción a la heroína, carente de morbo, pero profundamente desasosegante por su sencillez y realismo.

viernes, 27 de marzo de 2009

Mentiras que resuenan (magneticamente, dicen)


Uno de los recientes artículos del interesante blog Psicología Policial, de nuestro amigo Fernando, recoge referencias al apasionante mundo de las novedades científicas en apoyo de los interrogatorios policiales.

Mientras se producían las brutalidades de Abu Grahib, que denotan las carencias y atavismos de la inteligencia militar, las agencias gubernamentales americanas afirman seguir buscando un método infalible para detectar las mentiras en los interrogatorios. Ya hace tres años que dos empresas lanzaron la comercialización de la resonancia magnética (fMRI) para cazar al delincuente en su mentira (bien, no sólo ofrecían el producto a los Cuerpos de Seguridad sino también a los cónyuges con incipientes cuernos y a empresarios con empleados presuntamente desleales (curiosamente, no se aplicaría la restricción legal que existe para el uso del polígrafo).

La clave de la eficacia de la resonancia estriba en que es capaz de detectar los cambios cerebrales que se producen en el momento de la mentira, en lugar de medir indicadores fisiológicos como la sudoración, el pulso o el ritmo respiratorio como hacen los tradicionales polígrafos. Pero la realidad es que estamos ante otra “técnica-milagro” muy cuestionable, ya que aún no hay evidencia científica suficiente para demostrar que no pueden confundirse las reacciones cerebrales ante un recuerdo falso o inventado con las de una mentira o una respuesta verdadera. La detección de engaños mediante resonancia magnética describe lo que pasa en el cerebro de un mentiroso, pero no puede explicar por qué.

A esta duda científica, que podría superarse quizás con más investigación, debe añadirse otra de corte ético, ya que veo absolutamente imposible que un juez pueda autorizar (en España, donde existen los derechos humanos) practicar resonancias magnéticas así como así a un delincuente sospechoso de estar mintiendo. -SÍ, TODOS ESTAMOS PENSANDO EN EL DESGRACIADO que asesinó a la chica en Sevilla y que se ha convertido en la personalización de la mentira; también a este monstruo le amparan los derechos constitucionales -).

Una resonancia puede ser tan o más agresiva que una radiografía, y ya sabemos que sólo motivadamente la autoridad judicial llega a ordenar su uso (que debe evitar la cabeza, precisamente por su capacidad lesiva).

Desde hace años estudio las técnicas de observación y detección de la comunicación no verbal (ojo, la CNV no se circunscribe a la detección de la mentira, como parece que algunos policías piensan), ya que no son invasivas y no atentan contra los derechos del observado. De este estudio puedo subrayar, para empezar, que no se si es más descorazonador observar el lastre de estereotipos que arrostra la formación de los funcionarios policiales o el escaso interés que despierta entre los investigadores españoles (en especial algunos psicólogos, que se centran más en desmontar los hallazgos ajenos mediante exhaustivos metananálisis que en arriesgarse a realizar estudios de campo propios).

Si te interesa el tema, puedes encontrar abundante bibliografía (de charlatanes, en su mayoría en la sección de mancias de las librerías) y bien pocos tratados serios que aborden con valentía la investigación de estas técnicas; ni siquiera en la Facultad parecen prestar excesiva atención al tema, a juzgar por el escaso número de tesis, y por el perfil meramente divulgativo que se aborda en la carrera (en ocasiones cubierto simplemente con recomendar la lectura de la superficial perspectiva de la periodista Flora Davis).

martes, 24 de marzo de 2009

Crisis y terrorismo

Cualquier predicción en materia de terrorismo tiende, desgraciadamente, a ser inexacta por la gran cantidad de variables que componen la realidad de este peculiar y trágicamente desestabilizador tipo de delincuencia. Las consecuencias de un solo atentado realizado por un grupo aislado sin apenas infraestructura, o incluso de un “lobo solitario” (denominación de Javier Jordán), puede tener una repercusión social, política, e incluso estadística, más dramática que las acciones realizadas por organizaciones asentadas y consolidadas durante años en un territorio y contra las que sí se han podido desarrollar herramientas preventivas eficaces. No obstante, los criminólogos nos empeñamos en seguir analizando todo tipo de delincuencia con el fin de elaborar teorías, prospecciones y perfiles variados, que ayuden a elaborar políticas preventivas válidas. Nuestra aspiración debe consistir en que estos pronósticos queden debidamente desautorizados por las estadísticas, gracias a que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y los Servicios de Inteligencia hayan podido desarrollar los adecuados mecanismos de prevención en base a dichas prospecciones. Y por encima de todo ello, nos gusta discutir sobre cuestiones para las que no hay una única solución, o directamente, no hay solución alguna. Es por ello que considero oportuno lanzar una pregunta interesante desde el plano teórico-criminológico, pero muy inquietante desde la perspectiva social:

¿Puede la actual crisis económica generar un futuro incremento de la actividad terrorista?

Los últimos estudios desde el ámbito de la Psicología Social descartan como claves exclusivas para explicar el terrorismo las tesis psicopatológicas individuales, así como las estrictamente socioestructurales. Es decir, la violencia terrorista no encuentra sus orígenes en alteraciones psiquiátricas, o en trastornos de la personalidad de los miembros de la organización, ni en causas meramente sociales basadas en situaciones de desigualdad o marginalidad. Son los elementos psicosociales explicativos del terrorismo los que definen de mejor manera las razones de este tipo de violencia; según Luis de la Corte, en el fenómeno terrorista, mediante un método de influencia sociopolítica, unas minorías tratan de influir en las mayorías para introducir, a modo de propaganda, ideologías radicales; el acceso a la organización se produce mediante un modelo de interacción social en el que un entorno familiar o cercano profundamente ideologizado, política o religiosamente, influye de manera decisiva en la adscripción terrorista.

Según lo anteriormente expuesto, la crisis económica no debería influir en el surgimiento del fenómeno terrorista, pues se trataría de una causa meramente socioestructural; pero según mi criterio, sí ha de influir necesariamente en sociedades en las que la base de apoyo social al fenómeno terrorista existe previamente, aunque sea por otras razones ajenas a la desigualdad social. La crisis no puede considerarse como causa del fenómeno terrorista, pero sí como un posible elemento de incentivación del mismo. Ted R. Gurr decía que la violencia política nace de la frustración; por lo tanto, el paro y la marginalidad (que toda crisis económica genera) pueden crear un clima de insatisfacción social que fomente la idealización por parte de los jóvenes de aquellos a quienes ven, distorsionadamente, como auténticos liberadores de la patria, salvadores frente a los infieles, en resumen, luchadores por un cambio ante una situación de desasosiego vital.

Los grupos terroristas de origen etnonacionalista, como ETA o el IRA, tienen una base social muy importante, contraria en muchos casos a la violencia, pero afín a la ideología que representan. Los estímulos externos que incentiven dicha fuerza social tienen innumerables orígenes, y uno de ellos, aunque no sea necesariamente el más importante, puede ser la frustración generada por las consecuencias de una crisis económica de dimensiones desconocidas. El terrorismo islamista tampoco tiene su fundamento en las desigualdades sociales, pero sí encuentra un caldo de cultivo perfecto para su desarrollo en los entornos marginales.

El Ministerio de Interior y los Servicios de Inteligencia deben estar trabajando en medidas proactivas de prevención de la criminalidad que surja como consecuencia de la crisis. Entre esas medidas no deben olvidar el fenómeno terrorista y estudiar a fondo algunas de las posibles causas que han podido generar, entre otros, los últimos atentados en Irlanda del Norte.

viernes, 13 de marzo de 2009

Nueva técnica de datación de la muerte


Isabel Fernández, Miguel Botella (Investigadores de la Universidad de Granada) y Eulogio Bedmar (CSIC) han desarrollado una nueva técnica de datación forense de la muerte basada en la termo-microbiología, que permitirá determinar con mayor precisión el momento de un fallecimiento.

Esta nuevo método establece una relación entre los parámetros del incremento de los microorganismos que continúan presentes en el cadáver, así como su relación con la temperatura que presenta.

El objetivo a corto plazo de este estudio es llegar a establecer un indicador microbiológico de datación de la muerte, examinando los microorganismos con termografía durante las fases de putrefacción y descomposición del cuerpo.

Pequeños grandes abusos corporativos

Al empezar el año me dí de baja en mi viejo apartado de Correos; me tomé la molestia de hacer cola para entregar la llave personalmente, pero los operarios no quisieron darme un "recibí" para acusar la recepción y formalizar la gestión. Como era de prever, al cabo de un mes la entidad me cargó indebidamente el recibo anual en mi cuenta, recibo que tuve que rechazar y que me llevó de vuelta a la oficina para presentar la reclamación (básicamente un "ya os lo avertí"); como única disculpa sólo obtuve un cansino "Ha sido un error de procedimiento en las domiciliaciones, se lo abonaremos en breve".

Esta práctica del A VER SI CUELA en las domiciliaciones no es infrecuente en otras grandes compañías, incluidos, por supuesto, los propios bancos. Si estás pendiente de tus extractos bancarios seguramente encontrarás más tarde o más temprano un cargo de una pequeña cantidad (10, 15, 20 euros) de esas que te hacen dudar si realmente has realizado un pago o no. Si eres cuidadoso con tus pagos con tarjeta y confirmas el error en el cargo, la entidad se disculpará (normalmente no por escrito) y se limitará a reintegrarte lo indebidamente cargado; es casi imposible que te encuentres que lo hayan hecho motu proprio, por iniciativa propia.

Esto evidencia que estamos en un plano de desigualdad manifiesto, como ocurre con la relación entre Administración y administrado. Hay poco que hacer, salvo estar al quite ante los pequeños abusos (pequeños, pero que generan grandes beneficios cuando se practican a gran escala).

Se me olvidaba, cuando regresé a presentar la queja a la estafeta, en donde me atendieron con la misma desgana que la primera vez, pero con añadida hostilidad ante mi reprobación, no pude por menos que aprovechar la consabida cola para guardar en mi bolso, tomados del expositor del mostrador, dos cajas de CD, cuatro rotuladores, cinco sobres de burbujas y una caja de clips de colores. Cuando me disponía a abandonar la oficina una agitadísima empleada me espetó que no había pagado los mencionados artículos de papelería.

Mi rostro se iluminó al contestarle serenamente, masticando las palabras: "Oh, vaaaaaaya. Ha sido un error de procedimiento. No pasa nada. Se lo ingresaré en breve".

El Volvo de Luis Candelas

Un conocido nos ha contado que hace unos días, mientras regresaba por la A-3, desde un turismo le hicieron señas imperativas de que parase en el arcén. Como estaba hablando por el móvil, dio por sentado que se trataba de una patrulla camuflada de la Guardia Civil a punto de formalizar la denuncia y, dispuesto a detenerse, ya había puesto el intermitente cuando su acompañante, con más sentido común, le convenció de que no lo hiciera a juzgar por el aspecto de los ocupantes, de marcadas facciones del Este, sin identificación policial de ningún tipo que avalase la autoridad de los fulanos en cuestión.

Los ocupantes del vehículo persistieron en sus ademanes y les persiguieron durante varios kilómetros, de forma que dio tiempo de avisar al 112 y a los pocos minutos hizo acto de presencia la GC (esta sí que sí) que contactó telefónicamente con ellos y que se unió a la comitiva, tras lo que nuestros atribulaedos amigos perdieron de vista a sus perseguidores.

La carretera hace tiempo que es terreno de operaciones de bandas de asaltantes que suelen servirse del engaño para abordar a sus víctimas; en esta ocasión quizás buscaban cambiar de vehículo (el objetivo en cuestión era un Volvo todoterreno), pero no es infrecuente que simulen un accidente para desvalijar violentamente al buen samaritano que se detiene a asistirlos.

En la era del cibercrimen, los bandoleros no han abandonado sus tradicionales modi operanda.

Pero hoy Luis Candelas prefiere cambiar el rocín por un Volvo.

martes, 10 de marzo de 2009

Reaparece el terrorismo en Irlanda del Norte

Los últimos atentados de Irlanda del Norte han provocado un estado de preocupación ante un posible resurgimiento del conflicto armado y el renacer del IRA en su vertiente más sanguinaria. Afortunadamente, las declaraciones de Gordon Brown (a día de hoy, 10 de marzo) nos permiten confiar en que no se va a producir una reacción desproporcionada por parte del ejecutivo británico, actitud que desembocaría en una situación tremendamente peligrosa ya que los sectores más extremistas del Ulster, en estado de latencia durante la última década, podrían reaccionar y conseguir movilizar a la población ante lo que ellos considerarían como una respuesta represiva o injusta (bastaría con la simple reaparición del Ejército británico en Belfast).

Escribo este post con la firme esperanza de que esta situación no se produzca, que el gobierno de Gordon Brown actuará con suficiente cautela, que no dará argumentos a los que están esperando alguna mínima justificación para intervenir de manera violenta, y que todas las partes implicadas serán prudentes y permanecerán unidas en sus esfuerzos democráticos, ante la terrible provocación de unos sujetos incapaces de vivir en una sociedad pacífica. Es el momento de seguir apoyando el gobierno del Sinn Fein y de los protestantes moderados, pues es actualmente la alternativa más viable para que el conflicto no se reproduzca.

La policía debe investigar a fondo los asesinatos e intentar detener lo antes posible a los responsables, pero no caer en el error de intensificar la dureza dando lugar a reacciones airadas por parte de una masa social que, no olvidemos, es la gasolina que permite mantener en marcha el motor de las organizaciones terroristas de índole etno-nacionalista. Una respuesta policial eficaz y rápida permitirá que el IRA Auténtico, el IRA de la Continuidad, o todo aquel grupúsculo terrorista que surja en Irlanda del Norte, no sea más que un problema incidental, sin base social, de características similares a otros grupos prácticamente extinguidos, como el GRAPO en España. Una respuesta represiva del Ejército británico generaría un renacer del conflicto armado y una regresión de once años.

Los británicos aún están a tiempo de no caer en las provocaciones de unos pocos que no tienen una alternativa vital a la violencia.

sábado, 7 de marzo de 2009

El ciberdelito se organiza


El informe de la empresa S21 presenta una radiografía que refleja la evolución de la lucha contra el cibercrimen a lo largo del pasado año. Señala que una de las peores consecuencias de la profesionalización del fraude en Internet ha sido la implicación de las bandas organizadas de crimen tradicional en todos los ciberdelitos en los que cabía la posibilidad de obtener algún beneficio económico. Según Europa Press, han aparecido nuevos ataques con fines políticos, o incluso dirigidos a nivel estatal contra otros países con los que se mantienen conflictos.

El informe de S21sec señala que la mayoría de las incidencias gestionadas en el año 2008 han procedido de Estados Unidos. De hecho, han sido registrados alrededor de los 850 casos de phising y unos 530 casos de troyanos (programas informáticos maliciosos) procedentes de esta región del globo.

Para ver el informe completo: http://www.s21sec.com/descargas/S21sec-ecrime-Informe-Cibercrimen-2008.pdf

Fotografía e informática "forenses"


Un nuevo programa - Adroit Photo Recovery -permite recuperar imágenes de tarjetas de memoria y otros dispositivos removibles que hayan perdido parte o todo su contenido de forma accidental. Si la tarjeta fue formateada, el programa puede activar un modo especial de recuperación para superar al formateo y recuperar las imágenes a pesar su estado tras un formateado e incluso sobregrabado. Una utilidad del programa -Forensic Toolkit- permitirá reconstruir imágenes que hayan perdido un cierto nivel de datos, a pesar del estado de las imágenes.

martes, 3 de marzo de 2009

Criminal e-learning

Hace unos días detuvieron a un famoso (¿) ladrón de viviendas, especialista en reventar cerraduras, interviniendo la Policía Nacional gran número de herramientas específicas de esta especialidad delictiva.

La detención no llamaría más la atención si no fuera porque durante meses este mastuerzo, llevado por la vanidad, se había dedicado a colgar en Youtube varias lecciones de cerrajería criminal, para iniciar a los cacos legos en su especialidad. Con el aplomo de quien da lecciones de bricolage o de jardinería por la red, este docente aficionado- gran pérdida para alguna salida de Formación Profesional- , explicaba con todo detalle el uso de sus herramientas superespecializadas que él mismo preparaba, así como los pasos para abrir con (supuesta) facilidad las cerraduras más habituales en nuestros domicilios.

Si esta osadía ya me pareció inusitada, todavía no me he repuesto tras comprobar que esta no es una experiencia piloto, sino que en todo el mundo se viene reproduciendo desde hace tiempo. Concretamente, podemos encontrar sobre el mismo tema el “hágalo-usted-mismo” de la violación de toda clase de candados (tradicional, de combinación, de portátil, de taquilla) con animaciones informáticas la mar de ilustrativas.

Lo más preocupante, y digno de estudio, es la tendencia universal que detecto en niños preadolescentes, algunos españoles, que pretenden mostrarse (algunos plenamente identificables) como expertos en abrir candados con trozos de latas de refresco. ¿No debiera ser este tipo de exhibiciones motivo de control/ restricción por los administradores, o incluso por los usuarios?.

¿Realmente es lícito permitir esta formación abierta a distancia en técnicas delictivas? ¿Qué valor positivo encuentran los niños en mostrarse como delincuentes en potencia?

miércoles, 25 de febrero de 2009

Tratar el desarraigo como método preventivo

El Dr.García Andrade, institución andante donde las haya en el proceloso mundo de la Criminología, auténtico pope de la Psiquiatría forense, presentó en El Mundo de ayer (24.02.09) un breve pero apasionante análisis sobre la importancia de tratar el desarraigo para frenar la epidemia de homicidios de violencia doméstica que se están registrando.

Apuntaba que factores como "la humillación, el paro, la inmigración y la ruptura de la pareja son las principales causas en la génesis del desarraigo", y que esto explicaría por qué cerca de la mitad del total de los referidos homicidios se producen entre parejas de inmigrantes.

Pese a presentar tan sólida fundamentación, el Dr. inexplicablemente soslaya otros elementos de vital importancia en lo que atañe a la colectividad inmigrante: los factores culturales; convendría recordar que en la mayoría de los países de origen de las parejas agresoras existen muy profundos prejuicios que conducen precisamente a la humillación y al ataque a la autoestima femenina, como es el machismo. Constatar esta rama de factores culturales es un paso imprescindible para estudiar otras medidas de reeducación del agresor en el tratamiento global que demanda.

En la segunda parte del artículo el doctor utiliza como excusa esta referencia al desarraigo para ejecutar un radical cambio de tercio y criticar la reacción que en la sociedad se está poniendo de manifiesto respecto a las voces que claman por la cadena perpetua en casos como el de Marta del Castillo, para acabar ligando, a mi entender de forma un punto artificiosa, este clamor con indicios de un supuesto giro hacia el espíritu que animó la Ley de Vagos y Maleantes. Si bien comparto que la sociedad no puede disponer de la vida de nadie, la primera función de la ley penal es proteger precisamente la vida y a la sociedad; entiendo que las voces que se alzan pidiendo alargar las penas no piden sino protección, e intentar hablar al pueblo llano de esperanza y de reinserción sólo cabría en un sistema penitenciario perfecto, donde realmente existiesen esos métodos científicos para valorar la peligrosidad que afirma el reputado psiquiatra.

Efectivamente, "Odia el delito, y compadece al delincuente", a lo que cabría apostillar "pero antes que nada asegúrate de que no vuelva a atarcarnos".

Televisión Forense


Siguiendo con la línea iniciada en el post sobre Criminología y cine americano, sin intención de ser sistemático, apunto una serie de reflexiones sobre la incidencia de la Criminalística en la televisión del siglo XXI, y a la inversa, la influencia de las nuevas series de televisión en el mundo de las ciencias forenses.


CSI ha marcado un antes y un después de la historia de la televisión, hasta el punto de sustituir el tradicional “spin off” (series que surgen a raíz de un personaje: “Frasier”, “Aída”) por el concepto de franquicia televisiva (“CSI Miami”, “CSI Nueva York”).


La revolución criminalística ha llevado a crear series basadas en la labor de profesionales que ocupaban un papel secundario en el mundo de la ficción audiovisual, como los médicos forenses (“Crossing Jordan”), sobre oficios hasta ahora desconocidos por el gran público, como los antropólogos forenses (“Bones”), e incluso sobre profesiones que nos resultan inhabituales, por su especificidad, a los propios criminalistas: el amable asesino en serie Dexter Morgan es analista especializado en salpicaduras de sangre (“Dexter”). Los entomólogos forenses jamás pensaron tener a uno de los suyos en los hogares de todo el mundo (Grisom en “CSI”) y el luminol es ya más popular que la lejía.


La ciencia policial ha pasado de ser un mero elemento auxiliar de la trama para convertirse en el objeto central del argumento. Incluso ha generado virajes en el género tradicional policíaco, obligando a los guionistas a ampliar la participación de los expertos en Policía Científica, siendo “El Comisario” un ejemplo claro de la “grisomización” (perdón por el palabro) de los personajes.


Tradicionalmente, el cine y la televisión resolvían los asuntos criminalísticos en una línea de guión o, incluso, mediante el pluriempleo de los agentes encargados de la investigación que realizaban ellos mismos la labor científica. Pero el giro ha sido tal, que la ficción ha vuelto a imponerse a la realidad y encontramos a eminentes científicos que debajo de la bata esconden su Glock 22 calibre 40 que desenfundan con una habilidad digna de Pat Garrett.


No todo el mérito de este fenómeno se debe atribuir a CSI, dado que es indudable que la revolución que ha supuesto el ADN para la investigación policial ha influido en el desplazamiento de los rodajes de las comisarías a los laboratorios; pero es esta serie la que ha generado un interés especial por la Criminalística que podría considerarse equiparable a la incidencia de clásicos como Doctor Ganon, en los 70, que hizo incrementar el número de matriculados en las facultades de Medicina. ¿Habrá existido esa misma repercusión respecto a los estudios de Criminología o ciencias afines?. Es interesante abrir un debate sobre la posible incidencia causal de este fenómeno respecto al incremento en España de titulaciones, masters, y cursos superiores relacionados con las ciencias policiales y forenses.


Este emerger científico-policial de la televisión es positivo de cara a la definitiva aceptación popular como ciencias forenses de disciplinas como la Pericia Caligráfica (en CSI, el perito calígrafo-documentólogo es un personaje secundario, pero presente en algunas investigaciones), de la Psicografología o de la Psicolingüística forense (ambas disciplinas con presencia habitual en algunos capítulos de “Mentes Criminales”, entre otras).


Mención aparte merece la difusión de la Criminalística en forma de documental, programa de investigación o serie de no ficción. “Crímenes imperfectos” sería un ejemplo de un tipo de televisión de consumo rápido que ha dado una vuelta de tuerca a la tradicional crónica de sucesos, desarrollando los rudimentos de la policía científica a través de casos reales.


La televisión tiene un poder divulgador impresionante y cuenta con unos presupuestos inalcanzables para la mayoría de entidades dedicadas a la enseñanza de las ciencias criminalísticas. Un ejemplo de este poder divulgador lo encontramos en la cadena por cable estadounidense HBO que ofrece, en su propia página web, una demostración virtual de una autopsia.


Las series tienden a estar asesoradas por expertos y no se suelen apreciar errores teóricos importantes; sí falla, en cambio, el desarrollo práctico, por la irreal omnipotencia que se le atribuye a la ciencia y la capacidad sobrenatural de los protagonistas para resolver todos los casos de forma vertiginosa.


En resumen, estamos ante el nacimiento de un subgénero que podríamos denominar “televisión forense”, coincidente con una década especialmente importante por los avances en el terreno de la Identificación e Investigación criminales, con un importantísimo desarrollo de la Genética Forense y de la Biometría. Entretenimiento y ciencia son fenómenos que se retroalimentan, de naturaleza bidireccional y del que los criminalistas y criminólogos tenemos que extraer el máximo provecho, pero evitar que un monstruo con la fuerza de la televisión termine devorándonos y convirtiéndonos en meros intérpretes de una realidad inventada.

domingo, 22 de febrero de 2009

La víctima debe ser oída

Respecto a la interesante entrada de Camecasse, en primer lugar, está demostrado el rotundo fracaso de la función resocializadora de la prisión.

En segundo lugar, en todo el fango doctrinal que opaca el mundo criminológico, la Victimología apenas está cobrando relevancia real desde hace bien poco. La víctima ha dejado de ser un simple elemento subjetivo pasivo, a quien simplemente hay que "escuchar TRAS socorrerlas y protegerlas". Lo cierto es que hay que escucharlas PARA poder socorrerlas y protegerlas adecuadamente; la ley se hace para proteger precisamente a las (potenciales) víctimas (todo el mundo), y deben tener su voz.

Es bien cierto que los media pueden, con ánimo sensacionalista, pervertir la voz (mal transmitida) de las víctimas, pero lo cierto es que la alarma social, para ser realista, nace de ellas, aunque debiera ser transmitida sin desviaciones manipuladoras. Con todo, defiendo que el legislador debe afrontar las reformas penales en frío, pero sin desoir a los que sufren los defectos de la ley.

Respecto a la cadena perpetua, sin entrar en ligarla con sistemas absolutistas ni condicionarla a interés retributivo alguno (discrepo, lo siento), no es necesaria, pero sí lo es, a mi juicio, abordar una revisión profunda, al alza, de los delitos más graves, y, sobre todo, del sistema de beneficios y reducciones, que escupen a la cara de las víctimas en pro de objetivos (políticos, presupuestarios) ajenos por completo al sentido de la pena.

La cadena perpetua en un Estado social y democrático de Derecho



El eterno debate sobre la cadena perpetua se ha reabierto, en los últimos días, debido a la trágica muerte de Marta del Castillo y a su repercusión pública en los platós y en las calles. La exigencia social de esta condena se debe a una manipulación mediática que ha generado argumentos inaceptables para la Criminología moderna, que hace muchos años superó estas posiciones ineficaces desde el punto de vista preventivo, y dudosas desde la disyuntiva ético-jurídica.



España es un Estado social y democrático de Derecho, así lo recoge la Constitución votada por una amplia mayoría de españoles. La doble función de la pena, según nuestra Carta Magna, es de prevención y de resocialización; aunque algunos pretendan descalificar, por supuestamente utópica, esta función reeducadora, y aunque sea cierto que la realidad de las prisiones y de algunos modelos de criminalidad lo hagan de difícil cumplimiento, nuestro ordenamiento jurídico ha de perseguir dicha pretensión y establecer los medios adecuados para conseguirlo en el mayor porcentaje de casos posible. Cualquier modificación normativa contraria a la función resocializadora nos haría retroceder más de un siglo en la lucha por las garantías procesales y volveríamos al estadio de la Criminología Clásica, propia de Estados liberales, que se basaba en las funciones meramente retributivas y preventivas de la pena.


Tampoco es aceptable establecer como única premisa la función preventiva propia de la Escuela positiva, donde la Administración se limitaría a separar de la sociedad individuos “defectuosos del sistema” y la pena tendría una utilidad intimidatoria. Aunque en la práctica, en muchas ocasiones, nuestras prisiones funcionen así, y la cárcel fuera concebida históricamente en este sentido, la formulación teórica obliga a establecer criterios más avanzados en los que, junto con la prevención general y la especial, conviva la pretensión resocializadora, tal y como exige la aceptación de vivir en un Estado social y democrático de Derecho.



Bajo estas premisas fundamentales, podemos discutir aspectos concretos referentes a determinados delitos o a la necesidad de mejorar los mecanismos de control a la hora de conceder beneficios penitenciarios en pro de una adecuada prevención especial; también debemos mejorar la Victimología de tal manera que las personas que sufren las consecuencias de un delito no padezcan situaciones incalificables y sufran la denominada victimización secundaria generada por el sistema.



Las víctimas no pueden convertirse en un referente legislativo o en un elemento de manipulación ideológica, sino que deben ser escuchadas, protegidas y socorridas por el sistema para que su sufrimiento se minimice, e intervenir en el procedimiento penal como acusación particular para que se restituyan en todo o en parte sus derechos; algunos medios de comunicación están aprovechándose de ellas, incrementando su nivel de ansiedad, para generar corrientes de opinión enfrentadas que acentúan un debate social que sería inexistente sin esa constante presencia mediática.



En resumen, desde la perspectiva criminológica, es inaceptable la cadena perpetua en un Estado social y democrático de Derecho. Va en contra de una de las funciones básicas de la pena, la resocialización, y no ayuda a la función preventiva general, porque su capacidad intimidatoria no tiene efecto disuasor para el modelo de criminalidad violenta al que va dirigido. Se trata de un medelo punitivo que pretende justificar mediante una supuesta prevención especial (ya existente en el ordenamiento actual), un interés puramente retributivo propio de sistemas clásicos o absolutistas. El incumplimiento de alguno de los principios que fundamenta nuestro sistema democrático, pese a la indignación que generan algunos crímenes atroces, pone en riesgo el armazón de protección social garantista por el que tanto han luchado nuestros predecesores y nos acercaría, un poco más, a posiciones cercanas a uno de los peores ejemplos de criminalidad y desprotección, la ejercida por el propio Estado.