domingo, 10 de mayo de 2009

Perito Calígrafo: Realidad actual de la formación especializada

La Pericia Caligráfica, también conocida por otras múltiples acepciones como Grafística, Documentoscopia, Grafoscopia... tal y como se especifica en un divulgativo y clarificador artículo publicado en este mismo blog, es una prueba esencial para el desarrollo procesal, porque en innumerables ocasiones la firma, así como cualquier otro manuscrito, es el único elemento probatorio en el que se puede basar un juez para sentenciar en un sentido o en otro (falsedades documentales, amenazas manuscritas, testamentos ológrafos...). Hay que entender que es una ciencia integrada en el amplio concepto de la Criminalística, y es en ese ámbito en el que debería desarrollarse su formación.

Durante todo el siglo pasado, muchos juzgados españoles se han conformado con la intervención de un tipo de profesionales de la Pericia Caligráfica que, bienintencionadamente, desarrollaban su profesión desde una perspectiva más intuitiva que científica, maestros de escuela cuya formación casi autodidacta, con nociones de caligrafía y experiencia en "descifrado de exámenes" les permitía disponer de cierto “ojo grafocrítico” y alguna habilidad carente de cientificidad. Los jueces confiaban en ese tipo de peritaciones en la creencia de que en caso de error o extrema dificultad el asunto llegaría a manos de los Servicios de Documentoscopia o de Grafística de la Policía Científica o de la Guardia Civil. No obstante, existían tratados españoles que defendían una metodología científica especializada que difería considerablemente de la realidad procesal existente; en los cincuenta destaco la figura de Félix del Val Latierro, cuyo manual sobre Grafocrítica sigue siendo una obra cumbre de la materia. Otro paso importante para el desarrollo de esta disciplina fue la inclusión de esta especialidad en el temario de los Institutos Universitarios de Criminología, lo que permitía una aproximación científica, dentro del entorno universitario, de unos estudios que parecían exclusivos para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

También destaco la labor de los muchas veces vilipendiados grafólogos (en ocasiones, con razón) pero que han sabido crear una formación específica complementaria a la vía criminológica, que ha generado un desarrollo de la técnica pericial caligráfica a partir de principios grafotécnicos creados inicialmente para análisis psicografológicos o grafopatológicos. Quiero destacar la figura del tristemente desaparecido Andrés Meyniel, psicólogo, grafólogo y perito calígrafo, a quien tuve el honor de tener como maestro, profesor de Pericia Caligráfica en el Instituto de Criminología de Madrid de la Universidad Complutense, continuador de las enseñanzas de Val Latierro, autor del mejor libro sobre la materia que se ha escrito en España “Tratado de Grafocrítica” y creador de una metodología que ha servido de referente para muchos de los peritos calígrafos que trabajamos en este país y cuyo espíritu cientificista he intentado trasladar a todos mis alumnos.

La Ley de Enjuiciamiento Civil del año 2000 y los estudios especializados que se han desarrollado en España a partir de la labor de los Institutos de Criminología y de las Asociaciones de Peritos Calígrafos, Grafólogos y Criminalistas, han permitido una considerable mejora de la calidad de los Informes Grafotécnicos privados y un aumento de las garantías procesales en función de la considerable reducción de la tasa de error. Desgraciadamente, en España, siempre hemos echado de menos la existencia de una formación universitaria específica en materia Grafotécnica, en forma de diplomatura o incluso de licenciatura universitaria, pero pese a ello, en los últimos años el propio mercado ha conseguido regular esta disciplina generando cursos de especialización (algunos muy superficiales, pero otros de alta calidad técnica) avalados por Asociaciones Profesionales que permiten, no sólo un alto nivel de formación impartida por personas que se baten el cobre en los juzgados y tribunales de España, sino un seguimiento personalizado de los alumnos para que su paso por el mundo procesal no sea tan traumático como en el caso de muchos licenciados universitarios en otras ciencias, que salen de la facultad sin el nivel de formación práctica mínimamente exigible.

Me preocupa mucho la forma de incursión, en los últimos dos o tres años, de determinadas universidades en el mundo de la formación Grafotécnica pues, gracias al terremoto de Bolonia, se están generando auténticos chiringuitos en forma de cursos de postgrado, organizados por cátedras universitarias de materias que no tienen relación alguna con la Criminología, con la Criminalística, o con la Grafología... que no garantizan un mínimo de formación técnica para el desarrollo práctico de la profesión y cuyo profesorado no está avalado por ninguna Asociación Profesional. Debemos exigir que estos cursos sean impartidos por auténticos profesionales de la Pericia Caligráfica, que ofrezcan algo más que un número de créditos, porque corremos el grave riesgo de que la propia universidad genere un retroceso en el nivel técnico de los profesionales de esta materia, creando una auténtica regresión formativa que nos lleve a cuatro décadas atrás.

Las garantías procesales exigen, no sólo un titulito con el logo universitario, sino una adecuada pedagogía específica para la materia, con seguimiento individualizado de cada alumno, con formación metodológica práctica, y con profesorado especializado tanto del mundo privado como de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

3 comentarios:

  1. Comparto tu opinión en lo referente a los titulitos. Efectivamente, algunas Universidades están avalando en esta y en otras materias profesionales, toda clase de posgrados (desde luego, no oficiales) ya que sólo precisan buscarse a algún particular que monte el chiringuito para impartir las clases.

    EL CURRICULUM DEL PROFESORADO, Y NO EL LOGO DEL DIPLOMA, ES LO QUE ASEGURA LA CALIDAD DE LA FORMACIÓN.

    En materia de comunicación no verbal me he encontrado este mismo caso con un posgrado amparado por una universidad española que me negó sutilmente el curriculum de su co-directora (la particular que montó el chiringo); tras investigarla descubrí que no sólo no tenía publicación alguna(científica o no) sobre el tema, sino que probablente no tenía estudios universitarios (ni vinculados a la materia, ni no vinculados). Eso sí, el posgrado (no oficial, pero con logo y defensa de trabajo final ante tribunal de una universidad) exigía al alumnado ser titulado universitario y aportar curriculum.

    Evidentemente, cuando la vocación pericial te llama, antes de hacer un desembolso (importante en el caso de los titulitos de universidad, porque, eso sí, el logo hay que pagarlo) conviene investigar al profesorado (hoy es muy fácil, con los recursos de la Red).

    Los "profesionales" del chiringo formativo se apuntan a cualquier historia, sin mayor pudor. En el caso que apuntas (o al menos, al que supongo que te refieres), no ha sido complicado detectar a uno de estos "listos" que se apalancan en el sector privado de las academias, con contactos en la Universidad, que poco o nulo control de calidad parece ejercer con sus avales. El resultado: te puedes encontrar con que el "profesorado" es posible que no ejerza ni haya ejercido jamás como perito calígrafo. ¿Qué puede importarle a los advenedizos que se degrade la calidad de la profesión, o que sus alumnos lleguen inermes a los juzgados?.

    Es cierto que la formación de los futuros peritos está fuera de control (cada asociación imparte lo que le place), pero la Universidad, en lugar de fomentar este tipo de lucrativas iniciativas debería afrontar de una vez la criminalística como una especialización (posgrado oficial, master oficial) del Grado de Criminología; a mi entender, sería la única forma de garantizar la seriedad y la máxima calidad de las pericias.

    Pero claro, ni siquiera las propias asociaciones profesionales parecen estar decididas a luchar por esta ambición; es mucho más fácil seguir cultivando los huertos propios e intentar asegurar posiciones en lo que se pueda... "El perito es un lobo para el perito..."

    ResponderEliminar
  2. Veo que estamos completamente de acuerdo. Con esta entrada no he pretendido criticar a todas las universidades, sino alertar de que determinadas materias no regladas oficialmente(entre las que incluyo la Pericia Caligráfica, la mayoría de las Ciencias Criminalísticas, o la comunicación no verbal, como bien has dicho), no son debidamente supervisadas por las universidades y la formación del profesorado y las garantías pedagógicas son aspectos muy secundarios a la hora de facilitar avales universitarios para desarrollar algunos cursos.

    Es cierto que debemos ser los propios peritos los que luchemos contra ello, pero también se debe exigir un control de calidad a las universidades españolas; sería un primer paso para salir del pozo en el que se encuentran, a juzgar por las clasificaciones internacionales que determinan el nivel de nuestra educación universitaria.

    ResponderEliminar
  3. Hola espero que me creais, pero un perito judicial me ha imputado a traves de su informe en un delito de denuncia falsa. Ya que una excompañera de piso solicito via telefonica varios prestamos de 3000 € a mi nombre, todas las pruebas estan en su contra.... seria largo de explicar. Salvo la prueba pericial que dice que yo rellene el formulario cuando es incierto. Sólo se ha fijado en 6 letras que segun el son mias dejando las veintitantas restantes que no se parecen. Por favor ayudame, enviarme un email con cualquier aportacion que sea de ayuda a atenea35@hotmail.es Os prometo que este perito se ha equivocado por completo.

    ResponderEliminar

Tu comentario puede ser tan extenso como desees; si incluyes citas ajenas no olvides incluir la referencia completa (AUTOR, año, "Título", Editorial, o el link completo).

Gracias por tu contribución