lunes, 10 de enero de 2011

Criminólogo: ¿soy o no soy?

Al hilo de un antiguo post de Camecasse (

http://criminalgeographic.blogspot.com/2009/06/el-criminologo-y-su-repercusion.html#comment-form ), se ha reactivado la polémica respecto a qué titulados pueden o no presentarse como "Criminólogos". Algún seguidor del blog afirma que sólo los licenciados o graduados en Criminología. El tema no parece ser tan sencillo.

Efectivamente, tras la aprobación de la Licenciatura y del Grado en Criminología, vamos hacia una (deseada) normalización del título (ya veremos si también de la profesión).

Sin embargo, sería torpe e ingenuo pensar que la Criminología sólo ha nacido en España con la creación del Grado; y sería injusto plantear que los profesionales que llevan décadas ejerciendo (y que han sido los que en realidad han luchado por la consolidación de la profesión) deberían quedar soslayados por los recién titulados que han tenido la suerte de optar por una licenciatura específica. reconocida.

Como se expresó en el precitado post, durante años han convivido en España toda clase de títulos propios universitarios (no oficiales); el de la UCM era uno de los más respetados (3 años de duración, más otro de tesina para obtener el Magister). ¿Cómo dejar de conferir la calidad de Criminólogo a un profesional que se ha formado así?.

Puede ser discutible sostener que los profesionales que se han limitado a realizar un (respetable) curso de un año de especialización en alguna universidad, se ganaron el derecho a decirse criminólogos, pero es que en su momento la regulación no prohibía lo contrario y no hay que olvidar que normalmente se les exigía un título oficial previo para especializarse.

Esta situación me recuerda a lo que ocurrió cuando hace tiempo se normalizó la profesión de procurador: antiguamente no se exigía ser licenciado en Derecho para ejercer, pero, al implantarse la condición, se respetó a los procuradores que ya venían ejerciendo sin dicho título. Quizás cuando se cree el Colegio de Criminólogos deberá plantearse una solución transitoria de este estilo.

Sí cabría exigir que cada uno se presente exactamente con la titulación que tiene, evitando la denominación genérica (un Dr. en Medicina no se presenta como Sanitario; nadie aceptaría que un ATS se presentara como Médico).