miércoles, 25 de febrero de 2009

Tratar el desarraigo como método preventivo

El Dr.García Andrade, institución andante donde las haya en el proceloso mundo de la Criminología, auténtico pope de la Psiquiatría forense, presentó en El Mundo de ayer (24.02.09) un breve pero apasionante análisis sobre la importancia de tratar el desarraigo para frenar la epidemia de homicidios de violencia doméstica que se están registrando.

Apuntaba que factores como "la humillación, el paro, la inmigración y la ruptura de la pareja son las principales causas en la génesis del desarraigo", y que esto explicaría por qué cerca de la mitad del total de los referidos homicidios se producen entre parejas de inmigrantes.

Pese a presentar tan sólida fundamentación, el Dr. inexplicablemente soslaya otros elementos de vital importancia en lo que atañe a la colectividad inmigrante: los factores culturales; convendría recordar que en la mayoría de los países de origen de las parejas agresoras existen muy profundos prejuicios que conducen precisamente a la humillación y al ataque a la autoestima femenina, como es el machismo. Constatar esta rama de factores culturales es un paso imprescindible para estudiar otras medidas de reeducación del agresor en el tratamiento global que demanda.

En la segunda parte del artículo el doctor utiliza como excusa esta referencia al desarraigo para ejecutar un radical cambio de tercio y criticar la reacción que en la sociedad se está poniendo de manifiesto respecto a las voces que claman por la cadena perpetua en casos como el de Marta del Castillo, para acabar ligando, a mi entender de forma un punto artificiosa, este clamor con indicios de un supuesto giro hacia el espíritu que animó la Ley de Vagos y Maleantes. Si bien comparto que la sociedad no puede disponer de la vida de nadie, la primera función de la ley penal es proteger precisamente la vida y a la sociedad; entiendo que las voces que se alzan pidiendo alargar las penas no piden sino protección, e intentar hablar al pueblo llano de esperanza y de reinserción sólo cabría en un sistema penitenciario perfecto, donde realmente existiesen esos métodos científicos para valorar la peligrosidad que afirma el reputado psiquiatra.

Efectivamente, "Odia el delito, y compadece al delincuente", a lo que cabría apostillar "pero antes que nada asegúrate de que no vuelva a atarcarnos".

Televisión Forense


Siguiendo con la línea iniciada en el post sobre Criminología y cine americano, sin intención de ser sistemático, apunto una serie de reflexiones sobre la incidencia de la Criminalística en la televisión del siglo XXI, y a la inversa, la influencia de las nuevas series de televisión en el mundo de las ciencias forenses.


CSI ha marcado un antes y un después de la historia de la televisión, hasta el punto de sustituir el tradicional “spin off” (series que surgen a raíz de un personaje: “Frasier”, “Aída”) por el concepto de franquicia televisiva (“CSI Miami”, “CSI Nueva York”).


La revolución criminalística ha llevado a crear series basadas en la labor de profesionales que ocupaban un papel secundario en el mundo de la ficción audiovisual, como los médicos forenses (“Crossing Jordan”), sobre oficios hasta ahora desconocidos por el gran público, como los antropólogos forenses (“Bones”), e incluso sobre profesiones que nos resultan inhabituales, por su especificidad, a los propios criminalistas: el amable asesino en serie Dexter Morgan es analista especializado en salpicaduras de sangre (“Dexter”). Los entomólogos forenses jamás pensaron tener a uno de los suyos en los hogares de todo el mundo (Grisom en “CSI”) y el luminol es ya más popular que la lejía.


La ciencia policial ha pasado de ser un mero elemento auxiliar de la trama para convertirse en el objeto central del argumento. Incluso ha generado virajes en el género tradicional policíaco, obligando a los guionistas a ampliar la participación de los expertos en Policía Científica, siendo “El Comisario” un ejemplo claro de la “grisomización” (perdón por el palabro) de los personajes.


Tradicionalmente, el cine y la televisión resolvían los asuntos criminalísticos en una línea de guión o, incluso, mediante el pluriempleo de los agentes encargados de la investigación que realizaban ellos mismos la labor científica. Pero el giro ha sido tal, que la ficción ha vuelto a imponerse a la realidad y encontramos a eminentes científicos que debajo de la bata esconden su Glock 22 calibre 40 que desenfundan con una habilidad digna de Pat Garrett.


No todo el mérito de este fenómeno se debe atribuir a CSI, dado que es indudable que la revolución que ha supuesto el ADN para la investigación policial ha influido en el desplazamiento de los rodajes de las comisarías a los laboratorios; pero es esta serie la que ha generado un interés especial por la Criminalística que podría considerarse equiparable a la incidencia de clásicos como Doctor Ganon, en los 70, que hizo incrementar el número de matriculados en las facultades de Medicina. ¿Habrá existido esa misma repercusión respecto a los estudios de Criminología o ciencias afines?. Es interesante abrir un debate sobre la posible incidencia causal de este fenómeno respecto al incremento en España de titulaciones, masters, y cursos superiores relacionados con las ciencias policiales y forenses.


Este emerger científico-policial de la televisión es positivo de cara a la definitiva aceptación popular como ciencias forenses de disciplinas como la Pericia Caligráfica (en CSI, el perito calígrafo-documentólogo es un personaje secundario, pero presente en algunas investigaciones), de la Psicografología o de la Psicolingüística forense (ambas disciplinas con presencia habitual en algunos capítulos de “Mentes Criminales”, entre otras).


Mención aparte merece la difusión de la Criminalística en forma de documental, programa de investigación o serie de no ficción. “Crímenes imperfectos” sería un ejemplo de un tipo de televisión de consumo rápido que ha dado una vuelta de tuerca a la tradicional crónica de sucesos, desarrollando los rudimentos de la policía científica a través de casos reales.


La televisión tiene un poder divulgador impresionante y cuenta con unos presupuestos inalcanzables para la mayoría de entidades dedicadas a la enseñanza de las ciencias criminalísticas. Un ejemplo de este poder divulgador lo encontramos en la cadena por cable estadounidense HBO que ofrece, en su propia página web, una demostración virtual de una autopsia.


Las series tienden a estar asesoradas por expertos y no se suelen apreciar errores teóricos importantes; sí falla, en cambio, el desarrollo práctico, por la irreal omnipotencia que se le atribuye a la ciencia y la capacidad sobrenatural de los protagonistas para resolver todos los casos de forma vertiginosa.


En resumen, estamos ante el nacimiento de un subgénero que podríamos denominar “televisión forense”, coincidente con una década especialmente importante por los avances en el terreno de la Identificación e Investigación criminales, con un importantísimo desarrollo de la Genética Forense y de la Biometría. Entretenimiento y ciencia son fenómenos que se retroalimentan, de naturaleza bidireccional y del que los criminalistas y criminólogos tenemos que extraer el máximo provecho, pero evitar que un monstruo con la fuerza de la televisión termine devorándonos y convirtiéndonos en meros intérpretes de una realidad inventada.

domingo, 22 de febrero de 2009

La víctima debe ser oída

Respecto a la interesante entrada de Camecasse, en primer lugar, está demostrado el rotundo fracaso de la función resocializadora de la prisión.

En segundo lugar, en todo el fango doctrinal que opaca el mundo criminológico, la Victimología apenas está cobrando relevancia real desde hace bien poco. La víctima ha dejado de ser un simple elemento subjetivo pasivo, a quien simplemente hay que "escuchar TRAS socorrerlas y protegerlas". Lo cierto es que hay que escucharlas PARA poder socorrerlas y protegerlas adecuadamente; la ley se hace para proteger precisamente a las (potenciales) víctimas (todo el mundo), y deben tener su voz.

Es bien cierto que los media pueden, con ánimo sensacionalista, pervertir la voz (mal transmitida) de las víctimas, pero lo cierto es que la alarma social, para ser realista, nace de ellas, aunque debiera ser transmitida sin desviaciones manipuladoras. Con todo, defiendo que el legislador debe afrontar las reformas penales en frío, pero sin desoir a los que sufren los defectos de la ley.

Respecto a la cadena perpetua, sin entrar en ligarla con sistemas absolutistas ni condicionarla a interés retributivo alguno (discrepo, lo siento), no es necesaria, pero sí lo es, a mi juicio, abordar una revisión profunda, al alza, de los delitos más graves, y, sobre todo, del sistema de beneficios y reducciones, que escupen a la cara de las víctimas en pro de objetivos (políticos, presupuestarios) ajenos por completo al sentido de la pena.

La cadena perpetua en un Estado social y democrático de Derecho



El eterno debate sobre la cadena perpetua se ha reabierto, en los últimos días, debido a la trágica muerte de Marta del Castillo y a su repercusión pública en los platós y en las calles. La exigencia social de esta condena se debe a una manipulación mediática que ha generado argumentos inaceptables para la Criminología moderna, que hace muchos años superó estas posiciones ineficaces desde el punto de vista preventivo, y dudosas desde la disyuntiva ético-jurídica.



España es un Estado social y democrático de Derecho, así lo recoge la Constitución votada por una amplia mayoría de españoles. La doble función de la pena, según nuestra Carta Magna, es de prevención y de resocialización; aunque algunos pretendan descalificar, por supuestamente utópica, esta función reeducadora, y aunque sea cierto que la realidad de las prisiones y de algunos modelos de criminalidad lo hagan de difícil cumplimiento, nuestro ordenamiento jurídico ha de perseguir dicha pretensión y establecer los medios adecuados para conseguirlo en el mayor porcentaje de casos posible. Cualquier modificación normativa contraria a la función resocializadora nos haría retroceder más de un siglo en la lucha por las garantías procesales y volveríamos al estadio de la Criminología Clásica, propia de Estados liberales, que se basaba en las funciones meramente retributivas y preventivas de la pena.


Tampoco es aceptable establecer como única premisa la función preventiva propia de la Escuela positiva, donde la Administración se limitaría a separar de la sociedad individuos “defectuosos del sistema” y la pena tendría una utilidad intimidatoria. Aunque en la práctica, en muchas ocasiones, nuestras prisiones funcionen así, y la cárcel fuera concebida históricamente en este sentido, la formulación teórica obliga a establecer criterios más avanzados en los que, junto con la prevención general y la especial, conviva la pretensión resocializadora, tal y como exige la aceptación de vivir en un Estado social y democrático de Derecho.



Bajo estas premisas fundamentales, podemos discutir aspectos concretos referentes a determinados delitos o a la necesidad de mejorar los mecanismos de control a la hora de conceder beneficios penitenciarios en pro de una adecuada prevención especial; también debemos mejorar la Victimología de tal manera que las personas que sufren las consecuencias de un delito no padezcan situaciones incalificables y sufran la denominada victimización secundaria generada por el sistema.



Las víctimas no pueden convertirse en un referente legislativo o en un elemento de manipulación ideológica, sino que deben ser escuchadas, protegidas y socorridas por el sistema para que su sufrimiento se minimice, e intervenir en el procedimiento penal como acusación particular para que se restituyan en todo o en parte sus derechos; algunos medios de comunicación están aprovechándose de ellas, incrementando su nivel de ansiedad, para generar corrientes de opinión enfrentadas que acentúan un debate social que sería inexistente sin esa constante presencia mediática.



En resumen, desde la perspectiva criminológica, es inaceptable la cadena perpetua en un Estado social y democrático de Derecho. Va en contra de una de las funciones básicas de la pena, la resocialización, y no ayuda a la función preventiva general, porque su capacidad intimidatoria no tiene efecto disuasor para el modelo de criminalidad violenta al que va dirigido. Se trata de un medelo punitivo que pretende justificar mediante una supuesta prevención especial (ya existente en el ordenamiento actual), un interés puramente retributivo propio de sistemas clásicos o absolutistas. El incumplimiento de alguno de los principios que fundamenta nuestro sistema democrático, pese a la indignación que generan algunos crímenes atroces, pone en riesgo el armazón de protección social garantista por el que tanto han luchado nuestros predecesores y nos acercaría, un poco más, a posiciones cercanas a uno de los peores ejemplos de criminalidad y desprotección, la ejercida por el propio Estado.

jueves, 19 de febrero de 2009

Identificación biométrica


Heredera directa del sistema antropométrico desarrollado por Alphonse Bertillon en el siglo XIX, la Biometría es el estudio, mediante métodos automáticos, de uno o más rasgos físicos, o conductuales, para la identificación individualizada de personas. La identificación biométrica informática funciona mediante un sistema de captación y un software de medición que convierte en algoritmos matemáticos los valores obtenidos; dicho resultado se introduce en una base de datos, y el sistema procede al cotejo con los datos fehacientes existentes; busca la individualización y reconocimiento de una persona para permitir, o denegar, un acceso, para habilitar una determinada operación, o para reducir de forma rápida el radio de búsqueda entre múltiples sospechosos.

Francisco Celorrio destaca como técnicas más habituales en Biometría: la identificación dactiloscópica ─estudio de las crestas papilares de los dedos de las manos─, el análisis comparativo del ADN, la identificación morfológica de los rasgos de la cara, el estudio del dibujo de las venas de las manos, y el estudio de la retina y del iris. Las enumeradas, son técnicas biométricas basadas en elementos físicos o fisiológicos, pero podemos incluir en el apartado de técnicas basadas en características del comportamiento ─de mutabilidad constante─, el reconocimiento de la voz, de la firma o de la frecuencia de pulsación del teclado.

La Biometría busca un alto porcentaje de identificación en el menor tiempo posible; pero dicha urgencia repercute en contra de las debidas garantías que se suelen exigir en los tribunales; es por ello, que estos sistemas informatizados no tienen validez pericial si no van acompañados por un cotejo manual desarrollado por un técnico y el correspondiente informe pericial. Para algunas técnicas ─como el ADN o la Grafocrítica, por ejemplo─, no se han desarrollado soluciones biométricas informatizadas suficientemente eficaces para la seguridad y el control de accesos a recintos o sistemas; no obstante, su empleo en investigación policial y su uso como medio de prueba en el ámbito procesal son muy habituales.


ALONSO BOSCH, Gregorio y CARBALLAL, Manuel. “Métodos y Técnicas de Investigación Criminal en España. Criminalística aplicada a la identificación de personas”. Publicado en la Revista Ciencia Policial. Nº 85. pp. 100-102. Extracto. Editada por la DGP. (Nov-Dic 2007).

martes, 17 de febrero de 2009

Guia de derivación asistencial para víctimas de trata

En la misma línea marcada por la Organización Internacional del Trabajo y la OSCE en sus recomendaciones, y por la organización Anti-Slavery en su protocolo de actuación con víctimas, la Red Española contra la Trata de Personas ha publicado la Guía Básica para la identificación, derivación y protección de las personas víctimas de trata con fines de explotación

La Guía de buenas prácticas ha sido elaborada por las numerosas organizaciones que trabajan a diario con personas víctimas de trata en España y poseen una amplia experiencia en los ámbitos de la trata, la inmigración, el asilo y los derechos humanos. De acuerdo con su declaración de intenciones, "está destinada a profesionales que, por motivos diversos, atienden de forma continua o puntual a víctimas de trata en el desempeño de sus funciones. Por lo tanto, está dirigida tanto a personas de organizaciones no-gubernamentales, como a quienes trabajan en centros de salud, hospitales, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la Oficina de Asilo y Refugio, las Oficinas de Extranjeros, los CETI’s (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes), etc".

Al hilo de las estadísticas que hemos comentado hace unos días, este documento (eminentemente práctico) nos recuerda que según la Organización Internacional del Trabajo, la trata afecta cada año a unas 2.500.000 personas, especialmente a mujeres y niñas, en todo el mundo y es un negocio transnacional que genera unos 7.000 millones de dólares anuales.

Personalmente, creo que uno de los capítulos más interesantes para los profesionales que reciben a la víctima en primera instancia (Policías, Médicos, Asistentes, etc) es el referido al modo de practicar la entrevista; nunca se insistirá bastante en la importancia de evitar criminalizarla, de asistirla en sus necesidades prioritarias, así como en crear el entorno confortable, de seguridad y confianza que toda víctima merece. Confío en que las instituciones tomen nota de las recomendaciones de esta guía y las incorporen a sus propios protocolos de atención al ciudadano.

El texto original se puede descargar en: http://www.redcontralatrata.org/IMG/pdf/guia_completa_2008_TRATA.pdf

Para saber más sobre la Red española contra la trata y colaborar en sus actividades: http://www.redcontralatrata.org/spip.php?rubrique3

viernes, 13 de febrero de 2009

Dactiloscopia avanzada


Científicos británicos han desarrollado una nueva técnica de revelar huellas, aplicando una fuerte carga eléctrica a un nuevo tipo de polvo revelador finísimo, que permite hacer visibles huellas en vainas metálicas y en bombas, en cuyas superficies la sal del sudor de la impresión pudo haber corroído el metal.

Con esta técnica los policías británicos ya han reabierto casos antiguos, como un doble asesinato sin resolver de hace 10 años.

jueves, 12 de febrero de 2009

Algunas estadísticas sobre trata de personas


Cada diario nacional obtiene al año 5 millones de euros por los anuncios por palabras que ofertan servicios sexuales (13.000 euros diarios para El País, algo menos para el ABC).

La trata de personas mueve 32.000 millones de dolares al año en todo el mundo, según informe de save the slaves.

El trafico de personas factura anualmente en Europa 2000 millones de euros.S e dice que la trata es el tercer mercado ilícito más lucrativo, tras el de armas y el de drogas.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Nueve décadas de Criminología en el cine americano


Este post no pretende ser una aproximación sistemática a la relación entre la Criminología y el cine, sino más bien una exhibición incompleta de reflexiones en torno a mis dos grandes vocaciones, una cumplida, la otra pendiente para un futuro indefinido, quizá en la jubilación...

El lenguaje audiovisual ha abordado el mundo del crimen desde ópticas muy variadas y de manera profusa. Voy a centrarme en el cine y televisión norteamericanos, pues al fin y al cabo, y aunque nos pese, son los dominadores de la industria del entretenimiento desde hace más de un siglo.

Los años 20 y 30 son las dos décadas de oro del cine de gánsteres. La criminalidad procedente del negocio en torno al alcohol generado por la Ley Seca, combinado con la crisis económica del 29, nos brindaron un puñado de obras maestras protagonizadas por duros como James Cagney.

En los años 40, los gánsteres ceden su protagonismo a detectives privados, cínicos y violentos, personajes extraídos de novelas de Dashiell Hammett o de Raymond Chandler, con métodos de investigación deductiva, y un altísimo grado de individualismo en la línea de sus referentes inmediatos creados por Conan Doyle o por Agatha Christie. Bogart, como actor, y John Huston o Howard Hawks como directores, son el máximo exponente del que los franceses de Cahiers du Cinemà convirtieron en un género mayor y denominaron Film Noir o Cine Negro Norteamericano.

El cine social de los 50 afrontaba el estudio desde una percepción dominada por la Criminología Social con algunos retazos de Psicoanálisis; como respuesta a La Caza de Brujas y al anticomunismo imperante en la política estadounidense, nace un cine social, de marcado carácter progresista, donde existe un esfuerzo por comprender la génesis del delito y justificar las conductas desviadas en base a criterios sociológicos.

En los años 60 se produce un resurgir de la Criminología Biologicista, con interpretaciones procedentes de la Psiquiatría Forense, de la criminalidad de naturaleza psiquiátrica; Norman Bates, el esquizofrénico protagonista de Psicosis, o El estrangulador de Boston, son ejemplos claros de esta tendencia.

En los 70 y 80 el cine policiaco apostó por el realismo y por la descripción objetiva, un cine pesimista y sucio que muestra una realidad dominada por la droga y la corrupción en torno a ella. Con Scorsese y Coppola a la cabeza, vuelve el cine de gánsteres y mafias, con justificaciones de la criminalidad de naturaleza exógena, en torno al narcotráfico, al crimen organizado y las consecuencias que ello genera.

En los 90 entramos en el reino de la Psicología Forense, con psicópatas serial killers dominando las pantallas, gracias al atractivo que genera una combinación de inteligencia extrema junto con una absoluta ausencia de sentimientos. El Silencio de los Corderos representa el paradigma de la maldad de naturaleza endógena, con Hannibal Lecter personalizando el mal refinado y brutal.

El siglo XXI ha comenzado con una obsesión por la amenaza terrorista, con un síndrome de desprotección tras los atentados del 11S, y un planteamiento más belicista que policial. Por otra parte, la televisión ha tomado un protagonismo excepcional, gracias en gran parte a la enorme calidad de las producciones de los canales de Cable que han obligado a subir el listón de riesgo de todas las productoras.

Estamos en la década dorada de la Criminalística audiovisual, que ha entrado de lleno en el universo popular gracias a la influencia incontestable de la serie CSI que ha permitido que el gran público conozca el luminol, el AFIS o la importancia de las larvas para la datación de una muerte; pero también que los profesionales que nos dedicamos a esta materia tengamos que justificar nuestra “lentitud” cuando tardamos en elaborar un informe criminalístico más de 55 minutos...

martes, 10 de febrero de 2009

Trata de menores


Naciones Unidas (UNODC) patrocinó en Colombia en 1991 la elaboración de un manual* de buenas prácticas para la asistencia a niños y adolescentes víctimas de trata. Estaba destinado en principio a los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley en aquel país, pero sus indicaciones son extrapolables a cualquier fuerza judicial, fiscal o policial que se enfrente con la trata en su faceta más cruel. En el aspecto operativo recomienda una especialización en la recogida de pruebas relativas al delito de trata, ya que suele quedar "invisibilizado" por el de la explotación (sexual, laboral). También incide, entre otras muchas recomendaciones, en la necesidad de desarrollar un protocolo de recepción de los menores víctimas.En España, además del flamante Plan Integral contra la trata, contamos con un Plan de Acción contra la Explotación Sexual de la Infancia y la Adolescencia**, en el que se dan pautas precisas para acometer y estudiar la incidencia del fenómeno. Este Plan es coordinado por la Secretaría de Estado de Seguridad, y está siendo implementado mayoritariamente por el Cuerpo Nacional de Policía, ya que se vuelca un mayor esfuerzo en la detección en zonas urbanas.



viernes, 6 de febrero de 2009

Terminología en Pericia Caligráfica




Nos interesa recoger la terminología básica utilizada por los profesionales más reconocidos en el estudio de documentos dubitados.

La Epigrafía es la ciencia cuyo objeto es conocer e interpretar las inscripciones.

La Diplomática[i] es el estudio científico de los diplomas y otros documentos, tanto en sus caracteres internos como externos, principalmente para establecer su autenticidad o falsedad.

La Paleografía es el arte de leer la escritura y signos de los libros y documentos antiguos.

La Caligrafía, considerada por algunos autores[ii] como el arte de la escritura encuadrado en el grupo de las Bellas Artes del diseño, es definida como el conjunto de rasgos que caracterizan la escritura de una persona, un documento. Esta definición nos orienta sobre la íntima vinculación entre Caligrafía y Pericia caligráfica, explicada con vehemencia por Castañeda[iii] : “aunque obra de arte es la Caligrafía, obra de la ciencia es el conocimiento de sus misterios”.

La Grafotecnia: identificada doctrinalmente con la Grafología, es el término ideado por Pellat para definir el estudio del carácter por medio de la inspección de los rasgos gráficos y de los movimientos de la escritura[iv]. En este mismo sentido, la Grafología [v], elevada a la categoría de arte, pretende averiguar, por las particularidades de la letra, cualidades psicológicas del que la escribe.

La Grafocrítica es la crítica del grafismo, desde un punto de vista de autenticidad; es decir, es la parte de la Grafotécnia que se ocupa de determinar la autenticidad del grafismo[vi]. La Grafística, según el criterio teleológico propuesto por MEYNIEL, sería la Grafotecnia realizada con fines forenses.

La Grafonomía es el estudio objetivo de los rasgos gráficos[vii].

La Grafometría: desarrollada en sus inicios por Persifor FRAZER y por Edmond LOCARD, consiste en la técnica matemática que estudia los factores puramente materiales que intervienen en la ejecución de la escritura, y que resultan de difícil supresión o modificación voluntarias[viii].

La Documentoscopia[ix] es el conjunto de técnicas para abordar el estudio de los documentos, en su generalidad, de cara a su autenticación. En lo que a Pericia Caligráfica se refiere, el estudio documentoscópico es la parte que se encarga del análisis físico-químico de los documentos, de las tintas y del papel fundamentalmente, atendiendo a los aspectos más propios de la Criminalística o de la Policía Científica. Para el cotejo de la grafía, en cuanto a los aspectos grafonómicos y grafométricos, aborda el estudio desde una óptica grafocrítica.

La Grafoscopia, según recogen los prestigiosos expertos VEGA y ROBLES[x], es la técnica que se utiliza para la distinción o identificación de los escritos de cada persona mediante el estudio de cotejo de los caracteres identificativos de la escritura, incluyendo el estudio individual de cada letra y su relación con las demás.

BONET[xi], a finales del siglo XIX, ya describía a los peritos calígrafos, entonces también conocidos como “revisores de letras”, como “las personas más o menos competentes en el arte caligráfico, a quienes el Tribunal encarga la revisión y cotejo de escritos sospechosos para que después del debido exámen expongan bajo juramento su parecer”.

[i] REAL ACADEMIA ESPAÑOLA DE LA LENGUA: “Diccionario de la lengua española”, Ed. Espasa Calpe, Madrid (1992)
[ii] ALCÁZAR ANGUITA, Eufrasio: “Técnica y peritación caligráficas”, Imp. Juan Pueyo (Madrid, 1930), p.12
[iii] CASTAÑEDA, Ignacio: “Manual práctico del arte caligráfico y su peritaje”, Ed. Ambrosio Pérez, Madrid (1910), p. 66.
[iv] RAS, Matilde: “Grafología”, Ed. Labor, Barcelona (1933) p. 38 y 182
[v] R.A.E.L., op.cit.
[vi] MEYNIEL ROYÁN, Andrés: “Tratado de Grafocrítica”, Ed. Trivium, Madrid (1992), p. 1.
[vii] RAS, op.cit. p.38.
[viii] BISCHOFF: “Comment améliorer la preuve par comparaison d’écriture”, Revue Internationale de Criminologie et de Police Technique”, vol. IX, nº 4 (octobre/décembre 1955), pp. 273-288.
[ix] ALONSO BOSCH, Gregorio: “La Prueba Pericial Caligráfica: Metodología práctica y fundamento jurídico-criminológico”, tesina para el Instituto de Criminología de la Facultad de Derecho, U.C.M. (2000), p.10
[x] VEGA RAMOS, Antonio y ROBLES LLORENTE, Miguel Angel: “Grafoscopia. Identificación de escrituras y firmas”, Ed. CEDECS, p.166
[xi] BONET, José: “Manual de revisiones y cotejos de documentos sospechosos”, Imp. Faustino Paluzíe, Barcelona (1895).

Extraído de :
GARCIA-MAGARIÑOS, J. (2001) Las falsificaciones y los peritos calígrafos", Estudios de Ciencia Policial (58), Ed. IEP.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Identificación mediante ADN



Las últimas técnicas criminalísticas en materia de identificación nos llevan necesariamente al estudio del ADN y su aplicación forense. Como aproximación didáctica a este complejo mundo hemos recuperado de un artículo publicado en la Revista Ciencia Policial y firmado por Gregorio Alonso y Manuel Carballal, el apartado correspondiente a la Identificación mediante ADN.



Las principales aplicaciones de la Genética Forense, según Maria Victoria Lareu Huidobro, experta en Genética Forense y directora del Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Santiago, son las siguientes:
- Casos forenses.
- Investigación biológica del parentesco.
- Investigaciones históricas.
- Investigación de personas desconocidas.
- Identificación en desastres de masas.
- Bases de datos criminales.

Polimorfismos del ADN
La Reacción en Cadena de la Polimerasa ─PCR─ ha sido uno de los grandes logros para el desarrollo de la Genética y sirvió a Kary Mullis para obtener el Premio Nobel en 1993. Este procedimiento para realizar miles de millones de copias de ADN se ha convertido en una técnica estándar y permite obtener secuencias específicas de ADN a partir de muestras biológicas muy pequeñas.
En Genética Forense, otro gran avance se produjo con el sistema de polimorfismos, siendo el pionero en esta técnica el profesor Alec J. Jeffreys. El ADN nuclear presenta como principales características a efectos identificadores, su individualidad (excepto en gemelos univitelinos), su igualdad en todos los tejidos del mismo individuo, y su invariabilidad a lo largo del tiempo. Disponemos, de una huella genética personal ─el genoma humano─, un auténtico carnet de identidad cromosómico.
La variabilidad generada por el número de veces que se repite una corta secuencia de ADN, los llamados STRs (Short Tandem Repeats) o secuencias repetidas en tándem, donde la unidad de repetición consiste generalmente en dos o cuatro pares de bases, han sido los principales marcadores genéticos empleados para identificación.
En los últimos tiempos, se ha incorporado a la Genética Forense una técnica complementaria a los STRs, los llamados marcadores SNPs (Single Nucleotid Polimorphisme), que permiten obtener ADN de muestras muy degradadas o muy pequeñas ─es posible incluso extraer el ADN de algunas huellas dactilares latentes─, e incrementan las posibilidades informativas ─estudio del origen geográfico, por ejemplo. En la actualidad, los STRs siguen siendo los marcadores más empleados, y los SNPs se utilizan, ante todo, para muestras muy degradadas.

ADN mitocondrial y del Cromosoma Y
El ADN-Mt se transmite únicamente por vía materna y su poder de discriminación es mucho menor que el ADN nuclear, pero, en cambio, permite extraerlo en restos óseos antiguos, pelos sin bulbo y muestras degradadas y de escasa cantidad. Permite estudios histórico-genealógicos a partir de la vía materna, ya que se transmite íntegro e inalterable de madres a hijos.
El cromosoma Y sólo existe en los varones y sirve, fundamentalmente, para identificar linajes paternos. Se transmite de forma idéntica de padres a hijos.


El estudio identificativo del ADN requiere dos muestras, una sospechosa y otra indubitada de comparación. Las nuevas técnicas tienden a la búsqueda de una especie de retrato robot, a partir del perfil genético, con una sola muestra biológica y sin necesidad de comparación, lo que facilitaría la tarea investigadora al reducir considerablemente el número de sospechosos. Por ejemplo, en palabras de la Dra. Lareu, se puede conocer el sexo del individuo, la zona geográfica de procedencia genética, el color del pelo ─sólo si es pelirrojo─, algunos rasgos faciales, color de los ojos...

Extracto de:

ALONSO BOSCH, Gregorio y CARBALLAL, Manuel. “Métodos y Técnicas de Investigación Criminal en España. Criminalística aplicada a la identificación de personas”. Artículo publicado en la Revista Ciencia Policial. Nº 85. Editada por la DGP. (Nov-Dic 2007). pp 102-104.

martes, 3 de febrero de 2009

Tráfico de órganos (más allá de la leyenda urbana)



Algunos amigos se han interesado por el tráfico de órganos. Afortunadamente, en España no tiene casi incidencia, por más que todos hayamos oído la leyenda urbana del chico-que-conoce-un-amigo-de-un-amigo-primo-de-otro-que-lo conoció, embaucado una noche por una chica de buen ver, que le narcotizó y que hizo amanecer con un zurcido a la altura de un riñón (y sin él,y sin la chica, claro). Sobre los mitos y leyendas en torno a este tema, recomiendo la lectura del agudo artículo de Jorge Alcalde en http://revista.libertaddigital.com/trafico-de-organos-la-leyenda-1276224570.html
En nuestro país la normativa es muy estricta y exhaustivo el control por parte de las autoridades sanitarias y policiales, lo que, probablemente, ha generado la confianza necesaria para fomentar la donación (España es el primer país del mundo en donación de órganos; olé por la conciencia ciudadana).
Desafortunadamente, parece que la ONU confirma que sí es una realidad en el Tercer Mundo, especialmente en Sudamérica, India y China-, donde pobreza y corrupción hacen carne de cañón (terrible metáfora) de los miserables y los niños. Hace un año se desmanteló una red en la India, con todos los caracteres de una película de terror...real, con compradores en Canadá, Grecia, Arabia Saudí y Dubai. En ese bazar indio de órganos se realizaron 500 transplantes en nueve años (ver:http://www.elmundo.es/elmundosalud/2008/01/30/medicina/1201692835.html)
Para una primera aproximación al tema, también recomiendo: http://www.monografias.com/trabajos35/comercio-de-organos/comercio-de-organos.shtml