martes, 3 de marzo de 2009

Criminal e-learning

Hace unos días detuvieron a un famoso (¿) ladrón de viviendas, especialista en reventar cerraduras, interviniendo la Policía Nacional gran número de herramientas específicas de esta especialidad delictiva.

La detención no llamaría más la atención si no fuera porque durante meses este mastuerzo, llevado por la vanidad, se había dedicado a colgar en Youtube varias lecciones de cerrajería criminal, para iniciar a los cacos legos en su especialidad. Con el aplomo de quien da lecciones de bricolage o de jardinería por la red, este docente aficionado- gran pérdida para alguna salida de Formación Profesional- , explicaba con todo detalle el uso de sus herramientas superespecializadas que él mismo preparaba, así como los pasos para abrir con (supuesta) facilidad las cerraduras más habituales en nuestros domicilios.

Si esta osadía ya me pareció inusitada, todavía no me he repuesto tras comprobar que esta no es una experiencia piloto, sino que en todo el mundo se viene reproduciendo desde hace tiempo. Concretamente, podemos encontrar sobre el mismo tema el “hágalo-usted-mismo” de la violación de toda clase de candados (tradicional, de combinación, de portátil, de taquilla) con animaciones informáticas la mar de ilustrativas.

Lo más preocupante, y digno de estudio, es la tendencia universal que detecto en niños preadolescentes, algunos españoles, que pretenden mostrarse (algunos plenamente identificables) como expertos en abrir candados con trozos de latas de refresco. ¿No debiera ser este tipo de exhibiciones motivo de control/ restricción por los administradores, o incluso por los usuarios?.

¿Realmente es lícito permitir esta formación abierta a distancia en técnicas delictivas? ¿Qué valor positivo encuentran los niños en mostrarse como delincuentes en potencia?

1 comentario:

  1. Estimado Birdwhistle, creo que has detectado un nuevo tipo delictivo asociado a las modernas tecnologías, y resulta muy interesante hacer hincapié en ello, por su importancia más de índole social que puramente criminológica. Actualmente considero que encajaría en el delito de provocación del artículo 18.2 del CP, y más concretamente en la provocación para cometer robo del 269, pero lo realmente grave es la causa psicosocial que genera este tipo de actitudes; siguiendo a Umberto Eco, estamos en la era del postmodernismo, donde destaca el culto al éxito, y a los valores más superficiales del individuo. Internet está propiciando una oleada de "minutos de gloria" gratuitos en los que los adolescentes se convierten en principales víctimas y verdugos. Pero, realmente, Internet es una simple herramienta, una exhibición de un grave problema educativo, más que meramente criminológico: la falta de conciencia social que estamos generando en nuestros jóvenes, el individualismo salvaje que genera una imperiosa necesidad de exhibicionismo autocomplaciente.

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