sábado, 6 de octubre de 2012

Detección de mentiras

El 5 de octubre de 2012 ha tenido lugar en la Escuela del Cuerpo Nacional de Policía (Ávila) el taller de detección de mentiras impartido por Stephen Porter, profesor de la Universidad canadiense British Columbia. Durante la jornada, Porter presentó una introducción a los rudimentos que tanto policías como particulares debemos observar para discriminar al sincero del insincero. Especialmente interesante fue el repaso de claves inválidas y estereotipos (como la desviación de la mirada o la apariencia nerviosa, que popularmente e incluso en manuales profesionales se asocian a la conducta engañosa) que deben evitarse para ser más preciso al evaluar la credibilidad. A grandes rasgos, confirma lo que Aldert Vrij y Paul Ekman, entre otros, han venido a manifestar: que podemos progresar más en la detección precisa de la mentira si empezamos por descartar los estereotipos de toda la vida (sequedad de boca, movimientos nerviosos, etc). 
Esta introducción teórica se complementó con el análisis de diversos videos de suplicatorios públicos formulados por familiares de personas desaparecidas de las que luego se demostró que fueron victimarios. Las dos ayudantes que integran el equipo investigador de Porter, Pamela y Alysha, realizaron también demostraciones prácticas sobre la activación de la musculatura facial y describieron casos reales.
Se echó de menos, sin embargo, que el profesor no se pronunciara sobre el perfil que un auténtico curso de formación polcial en la materia debe reunir, pese a ser posiblemente el investigador que más se ha pronunciado sobre la eficacia del training (no quiso mojarse en determinar el número de horas mínimas o cómo realizar el mantenimiento de lo aprendido, más allá de las lecturas monográficas). Es, sin duda, una materia muy controvertida, en la que los auténticos científicos -como el mismo Porter, Vrij, Granhag, Strömwal, DePaulo, entre otros- no acaban de llegar a conclusiones unánimes; esta iniciativa formativa de Porter, con ser modesta (por prudente), es una de las pocas disponibles con garantías de cientificidad, que contrastan con la amplia gama de supuestos "expertos" que quieren vendernos que en una semana nos convierten en polígrafos humanos.

Tampoco se desarrolló lo suficiente- presumiblemente por el poco tiempo disponible- un aspecto crucial en el análisis de declaraciones como es el conjunto de claves vocales (tono de voz, volumen, latencia de respuesta, silencios, etc), de las que tanto Porter y otros respetados autores  han escrito conclusiones muy esperanzadoras. Aquí cabe recordar que las claves verbales han sido destacadas como más fiables que las meramente no verbales (principalmente lenguaje corporal).
Desde CG queremos felicitar a Rafael López y a su equipo organizador del taller con la colaboración de la Universidad Camilo José Cela de Madrid. Y al CNP por prestar las instalaciones a esta iniciativa privada, ya que es muestra de su permanente estrategia de modernizar las técnicas policiales y de seguir abierto a la colaboración con la universidad.

2 comentarios:

  1. Es muy interesante que los policías reciban estos recordatorios sobre las supuestas "pistas" no verbales que se empeñan en observar. Ya lo demostraron hace muchos años: ni policías ni jueces saben interpretar correctamente la comunicación no verbal, tienen la misma (o incluso menos) precisión que un ciudadano corriente, y aproximadamente el mismo acierto que lanzar la moneda al aire. Supongo que será porque a ninguno de estos profesionales les enseñan a fijarse (o más bien a no fijarse) en según que aspectos.

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  2. Asistí al taller, y debo decir que mereció la pena. Lo único que no me convenció es que no se mojara con el caso de Madelaine McCann; a toro pasado todos somos profetas, y es fácil realizar los análisis de videos con el caso ya cerrado y conociendo la solución. También me llama la atención que el ponente no imparta auténticos cursos para profesionales, sino simples talleres introductorios sobre los hallazgos que puedes leer en la literatura científica a poco que te molestes en buscarla. Porter es un científico, y esta prudencia suya quizás lo que nos indica es que los cursos que se ofertan en la calle no merecen esa calificación.

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