jueves, 4 de marzo de 2010

Delito violento, inteligencia, color de piel, e ingresos

Un estudio publicado hace unos meses por las Universidades de Ontario y de Fresno analizó los datos recogidos por la estadística criminal de INTERPOL en el periodo 1993-1996 en 133 países y determinó que el delito violento era menor en países con un índice medio de inteligencia (IQ) alto, altas expectativas de vida, color de piel claro y bajas tasas de SIDA, y con bajas tasas de mortalidad infantil. Las correlaciones eran significativamente más altas con el color de la piel que con los ingresos económicos; cuando se excluyeron del análisis a los 19 países subsaharianos la relación delito/IQ se mantuvo, pero la relación delito/color de la piel no.

Es la primera vez que me encuentro en una investigación científica con una conclusión tan políticamente incorrecta, que puede dar alas a los racistas, en un momento en el que la xenofobia parece que está creciendo entre la población española, a juzgar por algunas de las conclusiones un recientísimo informe elaborado por el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (OBERAXE) para el Ministerio de Trabajo e Inmigración: "España afronta el reto de la integración de los inmigrantes en un contexto temporal desfavorable, donde la crisis e incertidumbre económica empiezan a adquirir fuerza".

Aunque hay que prestar atención a los mensajes e imágenes que de la inmigración se transmiten, para no propiciar la activación del racismo y la xenofobia, ¿deben los criminólogos mantenerse imparciales, fieles a su ciencia, y seguir investigando y publicando sus descubrimientos ajenos a estos peligros?

3 comentarios:

  1. Es interesante y provocadora tu reflexión. Considero que cuando se realizan estudios de cualquier índole, incluidos los criminológicos, debe primar la ciencia respecto a otras consideraciones; pero cuando se alcanzan conclusiones de difícil aceptación ética, se deben extremar las garantías metodológicas a efectos de evitar daños irreparables.

    El artículo que mencionas, que he podido leer, considero que se limita a mostrar unos datos estadísticos, sin entrar a valorar en profundidad explicaciones de naturaleza histórica, medioambiental y orográfica, y centrando la conclusión en un supuesto enfrentamiento y victoria del factor biológico frente al económico. ¿Volvemos a Lombroso? ¿Dónde ha quedado la tradicional inclinación de los criminólogos norteamericanos hacia las teorías sociológicas? ¿Qué ocurre con el factor ecológico-ambiental?. Lanzan la piedra y esconden la mano sin atreverse a entrar en el pantanoso territorio de las explicaciones. Echo en falta una muestra comparativa del índice de criminalidad violenta de personas de diferentes razas con el mismo estatus socio-económico-cultural (tendría más valor a la hora de juzgar el factor racial-biológico en la incidencia criminógena). Creo que el artículo compara algunas manifestaciones en base a criterios no homólogos y se basa en estadísticas nacionales cuyos criterios metodológicos pueden ser muy variables.

    Pese a que el estudio es indudablemente atractivo, sería preciso que ahondara en las razones de los resultados apuntados. Me parece peligroso limitarse al análisis de sólo un tipo de criminalidad, la considerada violenta; también resulta desconcertante la laxitud con la que se describe la claridad u oscuridad de la piel; no explica claramente los parámetros para alcanzar el cociente intelectual promedio... demasiadas lagunas.

    La estadística es una herramienta de trabajo imprescindible para cualquier método científico, pero es también un arma arrojadiza altamente peligrosa. Este tipo de estudios merece algo más que meras exposiciones de datos, precisa justificar las conclusiones y establecer las reservas necesarias cuando existen puntos débiles, porque si no, estamos ante un artículo de opinión encubierto, con un soporte estadístico muy llamativo.

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  2. Ninguna revista científica se "suicidaría" publicando un artículo con tantas lagunas como argumentas que tiene el trabajo original. Menos aún si el contenido es tan sensible como el estudiado.

    Y sobre todo, tu soflama te ha servido para no contestar a la pregunta abierta que he formulado a los criminólogos.

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  3. Estimada Irene, las revistas científicas también pueden ser objeto de comentario y no creo que nada ni nadie sea invulnerable o esté libre de crítica (incluido yo, por supuesto); de hecho, los airados enfrentamientos entre doctrinas, en especial a finales del XIX y principios del siglo XX, todos ellos publicados en diferentes revistas, ayudaron a que el conocimiento científico progresara hasta el nivel actual.

    No me parece justo que emplees el término despectivo "soflama" para juzgar una mera opinión crítica a un artículo criminológico basado en un estudio al que he tenido acceso (supongo que tú también) a través de la revista de Psicología "Intelligence". No considero una perorata incendiaria pedir prudencia a los expertos (también a los guiris, que no son intocables) a la hora de establecer determinadas aseveraciones que pretenden ser científicas. Las conclusiones del mencionado estudio me resultarían válidas en el contexto de un artículo de opinión pero, lo siento, encuentro lagunas en su rigor criminológico-estadístico.

    Sí he contestado a tu pregunta abierta al decir que, según mi criterio, prima la ciencia por encima de cualquier otra consideración; ello no obsta para considerar que en determinadas materias, la metodología debe estar plenamente contrastada y las conclusiones ampliamente argumentadas si se pretende dar difusión al resultado de un determinado estudio polémico y potencialmente peligroso, como bien indicabas en tu entrada.

    Por otra parte, este blog es un entorno muy adecuado para discutir de manera pausada este tipo de cuestiones, en un mundo virtual en el que prima la inmediatez y abunda la irreflexión.

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